• En realidad, son inocultable los daños sufridos de muchos años en las vialidades, calles y demasiadas arterias secundarías que comunican las comunidades de un lado a otro de todo tipo.
NAUCALPAN, MÉX., a 25 de mayo del 2022.– En verdad que, Naucalpan está más que destrozado en diversos aspectos, y dentro de tantos a su infraestructura urbana y carpeta de rodamiento.
En serio que son inocultable los daños sufridos de muchos años en las vialidades, en calles y demasiadas arterias secundarías que comunican las comunidades de un lado a otro de todo tipo.
Los diagnósticos son fatales, un Naucalpan completamente abandonado a su suerte, y en el que cada quien hace los que quiere, e innumerables personas al amparo de un partido político o un político.
Francamente, las cosas están en su más alto nivel de crisis y descomposición, y por dónde le busque, prevalece una serie de saldos a resarcir en el tiempo.
Hoy por hoy, contamos con lugares en el que coexiste el caos; el desorden, la ingobernabilidad y que, es más, ni las propias autoridades de seguridad pueden pasar libremente.
Naucalpan está “abatido literalmente”, se encuentra en un “Grave Estado de coma”, al enfermo hay que sanarlo con la colaboración y participación de todos.
El contexto es en serio, y así de entrada, la falta de obra en los años, espacios públicos de recreación y deportivos desatendidos, jardines o parques lineales en la zona popular o residencial irremediables.
La imagen urbana que actualmente ofrece el municipio en realidad es de suciedad, de baja calidad de vida e insatisfacción, en el que la demanda de servicios básicos, además, es totalmente alta.
Referir que, en más de una década dejaron de ejecutar obra pública de “gran visión o calado”, resolvieron pendientes de menor medida y obviaron el ir al fondo de los problemas.
Parece mentira que lo que se hizo fueron “relumbrones electorales”, y acciones de gobierno “por encimita” para que la gente viera que ahora sí están trabajando.
Sin duda alguna, los rezagos son honradamente impactantes, nos asisten colonias completas por ejemplo sin seguridad y certeza jurídica y patrimonial, a la vez de comunidades con altas tasas de pobreza externa y alimentaria.
De igual manera, en infraestructura hídrica contamos con redes de abastecimiento de agua potable de más de medio siglo sin rehabilitar.
Aunado a ello, un desperdicio inmisericorde del vital liquido por fugas y últimamente un hidrochicoleo a más no poder en numerosas unidades económicas, centros comerciales y fábricas.
Por otra parte, los escases que empieza a trastocar a cientos de miles de familias del municipio, que no reciben el afluente de manera regular, al tiempo de la sobreexplotación del acuífero.
No podemos pasar a desapercibido la “mala calidad del agua” que en distintos lugares se abastece. Agua sucia, y millones de metros cúbicos sin tratar y que son distribuidos en innumerables hogares.
Los conflictos de movilidad, conectividad y accesibilidad siguen siendo complicados; no contamos con programas estratégicos en la materia, y quizá lo que se hace son múltiples ocurrencias.
Naucalpan pues, está “madreado, acabado y en fase terminal”, solo basta entre otros, revisar ríos, barrancas, presas, tiraderos o confinamientos de desechos, tiros de cascajo, a cielo abierto.
Finalmente, contar con mercados municipales también que operan en el abandono, sin mantenimiento, limpieza e higiene, y de los cuales bastantes requieren de al menos “una manita”.
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