• Provee Gobierno del Estado de México educación media superior
a través de los Telebachilleratos en localidades necesitadas.
• Elaboran estudiantes del Telebachillerato Comunitario
#386, del municipio de Nicolás Romero, platos biodegradables con cáscaras de
mango.
• Trabajan alumnos del Telebachillerato #405, de San Felipe
del Progreso, en un proyecto de lombricomposta.
Nicolás Romero, Estado de México, septiembre de 2022. Lograr
que las y los jóvenes mexiquenses tengan acceso a la educación media superior
es uno de los objetivos del Plan Estatal de Desarrollo del Gobierno del Estado
de México, por lo que, a través de los Bachilleratos Comunitarios se acercan
programas de estudio a las poblaciones que tienen menos habitantes y no cuentan
con algún servicio educativo en este nivel.
Bajo esa premisa, la Secretaría de Educación, que encabeza
Gerardo Monroy Serrano, atiende este modelo educativo para la formación
académica de los jóvenes mediante los Telebachilleratos Comunitarios, donde los
estudiantes reciben formación propedéutica y profesional para el desarrollo de
proyectos sustentables que den respuesta a las necesidades de sus comunidades
de origen.
Un ejemplo de ello es el Telebachillerato Comunitario #386
de la comunidad de San Francisco Magú, en Nicolás Romero, donde los estudiantes
desarrollaron el proyecto ecológico de elaboración de Platos degradables de
Bioplástico con cáscaras de mango, el cual se alinea con el objetivo 12 de
Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
“Nosotros tenemos en Telebachillerato Comunitario la
asignatura de Desarrollo Comunitario como tal, y desde hace dos años
aproximadamente, junto con el área de Biología y el área de Ética estamos trabajando
la parte de la creación de bioplástico.
“Hace dos años se logró trabajar con el bioplástico y a
partir de ese momento tomamos como meta implementar ese bioplástico en la
elaboración de platos biodegradables”, explicó la docente Carmen Adriana Zamora
Tapia.
Por esta razón, los estudiantes del TBC 386 decidieron
elaborar platos biodegradables utilizando cáscaras de mango, glicerina natural,
especias como clavo y canela; que al mezclarlo forman una pasta consistente, y
al momento de su secado, dan como resultado el bioplástico.
Con esa pasta se elaboran platos pasteleros funcionales,
biodegradables y económicos, siendo una opción para que se utilicen en la
comunidad y al ser desechados tarden poco tiempo en degradarse al entrar en
contacto con el aire, la tierra y el agua.
“Nuestro proyecto está basado en cáscaras de mango, nosotros
realizamos platos pasteleros biodegradables, la creación de nuestro producto es
porque en la comunidad de San Francisco Magú se utilizan grandes cantidades
tanto de plástico como de unicel, al igual que en muchos lugares más.
“Estos productos tienen como destino la basura, la cual de
forma inmediata pasa a ser un contaminante a nuestro medio ambiente, tardándose
varios años en degradarse, nosotros estamos trabajando en el Objetivo número 12
de Desarrollo Sostenible el cual es Producción y Consumo Responsable”, detalló
la estudiante Nely Romero Ramírez.
Producción de abono orgánico
Por su parte, los estudiantes del Telebachillerato
Comunitario #405 del Barrio San Francisco San Nicolás Guadalupe, municipio de
San Felipe del Progreso, elaboraron el proyecto “Producción de abono orgánico a
base de humus de lombriz”, con la finalidad de promover el autoempleo y
fortalecer los nutrientes del suelo que favorezcan los cultivos del campo y
puedan obtener productos de mayor calidad que beneficien su salud, alineándose
con el Objetivo 15 de la Agenda 2030.
“Con el abono orgánico, lo que queremos es que tengan su
propio abono y no gasten, les llega una crisis como la que tuvimos de la
pandemia, siguen sembrando su milpa, podemos tener los mismos cultivos que
tenían nuestros antepasados que era la calabaza, el frijol, haba, trigo, papa,
lo teníamos disponible, en la actualidad ya no los hay, hay puro maíz, pero
cuál es la triste realidad, que ni el maíz nos da, ése es el gran error que
hemos cometido, por eso queremos otra vez recuperar nuestro suelo, regenerarlo
y de esta manera asegurar la alimentación como lo marca la Agenda 2030”,
mencionó el docente Adán Nieves Bautista, referente a este proyecto.
Con este proyecto, la institución tiene como finalidad
desarrollar competencias en los estudiantes que les permitan autoemplearse para
percibir un ingreso que ayude a sus familias y, al mismo tiempo, cuiden el
medio ambiente, aprovechando y reutilizando los recursos naturales con los que
cuenta su comunidad.
“El objetivo general de nuestro proyecto es producir abono
orgánico a base de humus de lombriz como estrategia ecológica, para aumentar la
fertilidad de nuestra tierra”, señaló la estudiante Grisel Salgado Mendoza.
El producto es recomendable para los agricultores, ya que
está compuesto por desechos orgánicos, estiércol de animales y cenizas que no
dañan el medio ambiente y es 100 por ciento natural.
Además de la elaboración del producto, los estudiantes
realizan su plan de comunicación organizacional que consta de la misión,
visión, valores, logotipo, eslogan y campaña publicitaria, dando a conocer en
las redes sociales su producto, permitiendo así que se le dé seguimiento y
continuidad al proyecto de desarrollo comunitario de su plantel.
Actualmente, el Estado de México cuenta con 520 planteles de Telebachillerato Comunitario de educación media superior en 99 municipios. La estructura del plan de estudios se organiza por área disciplinar en tres componentes: Formación Básica, Formación Propedéutica y Formación Profesional.
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