martes, 26 de noviembre de 2013
Factor economía: lo que puede terminar con la buena imagen de Peña Nieto
Aunque la popularidad del presidente se mantiene estable, encuestadores prevén que disminuya por los nuevos gravámenes y el bajo crecimiento
Por Mauricio Torres
CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — Aunque la popularidad de Enrique Peña Nieto se ha mantenido estable durante su primer año como presidente, los impuestos que propuso para 2014 y el bajo crecimiento de la economía amenazan con afectar su imagen.
Para Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, los indicadores de popularidad no han variado significativamente debido a que los simpatizantes del PRI mantienen su respaldo. "La estructura de aprobación está mantenida por el priismo", dijo.
Peña Nieto inició su mandato con la desaprobación de los simpatizantes del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y "es muy difícil que éstos lo aprueben desde su primer año", agregó.
El mandatario con el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó al poder subió en niveles de aprobación de 54 a 56 puntos de diciembre de 2012 a agosto pasado, según la más reciente medición de Consulta Mitofksy.
Esta es una cifra menor a la que tuvieron sus dos antecesores del PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, que registraron 63 y 62 puntos, respectivamente.
No obstante, la aprobación de Peña Nieto es mayor a la que tuvo su correligionario Ernesto Zedillo, que asumió la presidencia en diciembre de 1994 en medio de una fuerte crisis económica y llegó a su primer aniversario con 43 puntos de aprobación.
Durante su primer año, uno de los principales logros políticos de Peña Nieto ha sido el pacto logrado con las fuerzas de oposición para impulsar 95 reformas y haber promovido cambios estructurales en materia fiscal y energética.
Sin embargo, también ha tenido que enfrentar problemas como la inseguridad y sus consecuencias, además de una explosión en el complejo administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex) y las lluvias, que en septiembre causaron graves daños en varias entidades y obligaron al mandatario a ajustar el presupuesto para 2014, con el fin de reparar los daños.
Según una encuesta reciente de Buendía y Laredo que publicó el diario El Universal, Peña Nieto inició su gobierno con entre 54 y 55 puntos de aprobación y llega a su primer aniversario en un rango de 50 puntos.
El 37% de los encuestados reprueba su desempeño, en contraste con el 29% favorable que se registró al inicio de su mandato, señala la medición.
Jorge Buendía, director de Buendía y Laredo, consideró por separado que la popularidad del presidente se ha mantenido porque el gobierno federal ha logrado superar las situaciones adversas, pero deberá enfrentar el impacto de los impuestos aprobados en octubre pasado. "No hay ciudadanía que recompense a sus gobernantes por el alza de impuestos", dijo.
La firma BGC difundió el 11 de noviembre pasado que el nivel de aceptación de Peña Nieto descendió de 43 puntos en diciembre de 2012 a 35 este mes.
"Los factores con mayor peso asociados al desacuerdo con la forma de gobernar del presidente son la percepción de que la economía está peor que hace un año, así como a la desaprobación con el manejo de la economía del país, del desarrollo de las empresas y el desacuerdo con el manejo del combate a la pobreza (...) y a percibir falta de acción gubernamental para controlar el alza de precios y el empleo", explica la firma encuestadora.
Francisco Abundis, director de Parametría, coincidió en que los impuestos y otros efectos de las reformas presidenciales amenazan la popularidad de Peña Nieto, pues "todos estos cambios generan incertidumbre y esta incertidumbre le está costando".
El 12 de septiembre, cuatro días después de dar a conocer su propuesta fiscal, Peña Nieto reconoció que la iniciativa tendría un costo para su gobierno: "El gobierno asume el costo que esto pueda tener en la reforma hacendaria (...) evidentemente esto de ninguna manera resulta popular".
Para Campos, sin embargo, "lo único que puede hacer que se derrumbe ese piso que tiene hoy (Peña Nieto) es un asunto de economía: que suba mucho el desempleo, que suba mucho la inflación, que los impuestos sean altísimos, y esta reforma (hacendaria) no es como para eso".
La segunda semana de noviembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) bajó —por cuarta ocasión en el año— su expectativa de crecimiento para 2013, al 1.3%. Un bajo crecimiento se traduce en una menor generación de empleos y en la disminución del poder de compra.
Según el informe del Latinobarómetro 2013, la economía en México es el principal problema para el 65% de los ciudadanos entrevistados, mientras la delincuencia es el segundo más importante (28%).
Al respecto, Buendía coincidió con Campos en que los temas prioritarios están cambiando para la población. "Ya se resiente que la economía vaya a crecer poco", dijo.
Durante su campaña presidencial, Peña Nieto tuvo como una de sus principales promesas conseguir un crecimiento económico del 5% al 6% anual, aunque afirma que para ello es necesario que se concreten las reformas que plantea, como su propuesta para abrir el sector energético a la iniciativa privada nacional y extranjera.
Con o sin reforma energética, en su segundo año el priista encara el desafío de cumplir su promesa de impulsar la economía. De lo contrario, su imagen pagará las consecuencias.
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