lunes, 2 de diciembre de 2013
Denunciar, llorar, comer bien, pasos en la búsqueda de desaparecidos
Organizaciones ciudadanas elaboran, con sus propios recursos y experiencia, manuales que ayuden en la búsqueda de desaparecidos
Por Belén Zapata
(CNNMéxico) — Con más de 26,000 desaparecidos, según cifras oficiales, México aún no cuenta con un protocolo de búsqueda actualizado y generalizado de las personas que desaparecen de sus hogares sin dejar rastro.
Cada día, miles de familias en México recorren oficinas del Servicio Médico Forense (Semefo), las procuradurías locales de justicia, estaciones de policía o servicios médicos de emergencia.
“El corazón se encoge cada que vez que escucho hablar de fosas clandestinas o de personas que aparecieron muertas y que coincide algún dato —edad, sexo— con el de mi hijo”, dice una mujer que prefiere omitir su nombre.
Varias organizaciones civiles que ayudan a familiares de desaparecidos coinciden en que las primeras 72 horas son vitales en la búsqueda -debido a que aún pueden estar con vida o en proceso de ser trasladados a otro estado o país-, pero es también el periodo en el que la desesperación y la angustia suelen paralizar.
"Muchas veces el dolor no los deja pensar y menos aceptar que su familiar puede estar muerto, pero es necesario denunciar, recurrir a la prueba de ADN, dejarse ayudar por familiares, amigos. Lamentablemente los trámites burocráticos tampoco ayudan", indica Sandra Velasco, integrante del Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, creado en 1999 en Coahuila, en el norte de México.
El 10 de noviembre, autoridades federales y estatales iniciaron la extracción de cadáveres localizados en al menos 22 fosas de un predio en el municipio de La Barca en Jalisco, colindante con Michoacán.
El hallazgo llevó a al menos cuatro personas a buscar a sus familiares en las dependencias oficiales, pero las autoridades les informaron que los restos fueron trasladados al DF, donde tenían que pedir información.
Otras personas que pertenecen a organizaciones, con años de experiencia ya no acuden a las dependencias estatales cuando se localiza una fosa clandestina, pues algunos estados como Michoacán, ya cuentan un banco de datos de ADN de familiares para compararlos.
Algunas de las recomendaciones del manual creado por la asociación Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, una organización integrada por familiares de desaparecidos, son:
1.- Tratar de mantener la cabeza fría y controlar las emociones.
2.- Avisar a las personas y familiares que pueden ayudar.
3.- Redactar una relatoría de hecho: Hora, fecha y el lugar donde pudo ocurrir la desaparición. Nombre completo de la víctima, edad, rasgos físicos concretos y vestimenta. Rasgos físicos de los victimarios (si se conocen). ¿Cómo sucedieron los hechos? En caso de que se pueda identificar como victimarios a policías municipales, estatales o federales, es muy importante señalarlo.
4.- Conseguir una fotografía reciente y clara de la víctima y un documento oficial de identificación —acta de nacimiento, credencial de elector, cartilla militar—, de la que se pueda obtener la huella digital.
5.- Denunciar ante el Ministerio Público. Se debe tomar la denuncia en el mismo momento de hacerla, y no esperar a que pasen varios días.
Proporcione al Ministerio Público la fotografía de la víctima, así como el documento oficial de identificación del desaparecido y dicte la relatoría de hechos; revisar que la información quede bien asentada.
Tomar nota del nombre de la persona que atiende, el del Ministerio Público y registrar el número de averiguación previa (de preferencia aprenderla de memoria)
6.- Realizarse una prueba de ADN. Llenar la ficha de registro con los datos de la persona desaparecida y solicitar la prueba. Anotar el número de folio (la prueba se hace con saliva).
7.- Asistir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos y pedir que este organismo solicite la colaboración del resto de las entidades para la localización de la víctima.
8.- Apoyarse en la Ley General de Víctimas, la cual fue promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto y establece la obligación del Estado de brindar apoyo económico y protección a las víctimas de la violencia y a sus familiares con una compensación de hasta 500 veces el salario mínimo mensual en el Distrito Federal y proporcional a la gravedad del daño sufrido.
El manual incluye algunas recomendaciones personales, como:
1- Se enfrentará en general a un aparato burocrático y desbordado. No use la violencia verbal, no malgaste su energía, sea enérgico, pero amable con el burócrata.
2.- La burocracia es muy dada a poner a los ciudadanos en sala de espera. Mientras “espera” mantenga su cabeza ocupada buscando las mejores estrategias para actuar, elabore planes de acción inmediata y eficiente.
3.- No debe ir a ninguna institución sin armas jurídicas. No tolere por ninguna razón atropellos o insultos, si esto sucede registre nombres y márchese.
4.- Aliméntese muy bien, tome una buena ducha, llore con los suyos todo lo que tenga que llorar. Arregle muy bien su ropa. Si tiene dificultades para dormir intente con tés o con apoyo médico, no vaya más allá de sus fuerzas.
5.- Haga cuentas de todos los gastos que ha tenido para buscar a su desaparecido, junte notas y recibos , esto le ayudará para tener en claro cuánto capital ocupa para llevar a cabo la búsqueda. La ley general de víctimas contempla la recuperación de este tipo de gastos.
6.- No pierda la fe. Busque apoyo en organizaciones civiles y asesoría de todo tipo, concéntrense en tejer esfuerzos. Es posible que se acerquen con usted gente que dice conocer a algún cartel y le ofrezcan apoyo, rechácelo. Vaya por el camino legal.
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