lunes, 2 de diciembre de 2013
José Mujica: "Es posible que gobernar sea mirar más lejos"
El presidente uruguayo, 'el Pepe' para sus compatriotas, fue guerrillero tupamaro, pasó 15 años entre rejas y hoy practica una sobriedad inédita en los líderes
José Alberto Mujica desciende de vascos que llegaron a Uruguay en 1840. Su padre era un pequeño estanciero que se arruinó poco antes de morir, cuando Mujica tenía 6 años. Estudió en escuelas públicas y no acabó Derecho. En los años 70 se enroló en el movimiento tupamaro, recibió seis balazos y fue apresado cuatro veces. La dictadura cívico-militar de Jorge Pacheco Areco lo tuvo como "rehén", en previsión de que el grupo volviera a la acción. El 29 de noviembre del 2009 fue elegido presidente de Uruguay con un porcentaje superior al 52% de los votos. Destina el 90% de su sueldo (10.237 euros al mes) a proyectos de ayuda contra la pobreza.
Necesita acariciar la tierra todos los días, estar cerca de sus raíces. Su perra mestiza, con una pata amputada, de nombre Manuela, no se separa de él cuando está en casa. Vive en el campo, en una austera chacra en la zona rural de Rincón del Cerro, a 20 kilómetros de su lugar de trabajo en Montevideo. Una granja humilde donde cultivan flores y hortalizas junto a su compañera –como gusta llamarla él–, la senadora Lucía Topolansky. Compartieron militancia guerrillera tupamara y también ella estuvo en la cárcel, 13 años.
Los razonamientos transgresores de este atípico presidente, su filosofía de vida, su sencillez, le hacen distinto a cualquier otro en su posición. Tal vez sean esas las cualidades que le han convertido, a sus 78 años, en todo un fenómeno universal en las redes sociales. El sol ya se ha levantado hace poco más de un par de horas. Pepe Mujica recibe a Más Periódico en exclusiva, en su chacra, con su inseparable mate. "Es posible que gobernar sea mirar más lejos", dice.
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