domingo, 15 de diciembre de 2013
En Amanalco, Estado de México, ejidatarios apoyan la recategorización del Nevado
Amanalco
El Llano de las Papas está a 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar y no tiene nada que envidiarle a un paisaje canadiense: pinos altos, aire puro, tan puro que quien no está acostumbrado a él se marea.
El paraje es parte del Nevado de Toluca y, pese a las malas condiciones de sus caminos y de los árboles derribados, a los ejidatarios no les queda más que mirar y esperar. No pueden aprovechar sus recursos forestales, tampoco abrir brechas o caminos, no por ahora.
Aglutinados en la Unión de Ejidos "Emiliano Zapata", no solo apoyan la recategorización del Xinantécatl, sino que pretenden ser modelo a seguir para las comunidades y que vivan de los recursos forestales de un modo sustentable, como ellos.
"Los habitantes de San Miguel Tenextepec decidieron prescindir de terrenos agrícolas".
Sin dinero -más que el obtenido por la venta en su aserradero- y sin apoyos gubernamentales, sino los estrictamente oficiales, cuidan a su "gallina de los huevos de oro" que les ha valido reconocimientos a nivel nacional. El de 1987, por ejemplo, al Mérito Nacional Forestal, recibido de manos del entonces Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari.
El bosque les ha permitido, por décadas, vivir. Gracias a él hay escuelas, caminos, insumos para abatir incendios forestales, machetes para quitar maleza y abrir veredas; un vivero que cumplió un cuarto de siglo; brigadas civiles que acuden a sofocar el fuego cuando amenaza con acabar con su patrimonio, o hacen rondines.
Lo cuidan porque de sus entrañas nacen 465 manantiales que a su vez proveen de agua a las presas que surten el Sistema Cutzamala.
También porque, derivado de éstos, Amanalco ostenta el primer lugar a nivel nacional en la producción de trucha, con sus 72 granjas. Solo en 2012 produjeron mil 200 toneladas.
Con su organización no permiten que se acerquen los taladores clandestinos, sobre todo por la cercanía con Michoacán, en donde el saqueo de los macizos forestales a manos del crimen organizado es cosa de todos los días.
Todo esto no sería posible si los bosques no fueran protegidos, coinciden Félix Canto, gerente de la Unión; don Salvador y don Manuel, José Cruz y José Ramírez; Samuel, encargado de Probosque en la zona, y Gabino, el técnico forestal que ha trabajado por casi tres décadas al servicio de los pobladores.
Trabajo comunitario
Cuesta abajo está la comunidad Agua Bendita, que no puede esconder que urge elevar el nivel de vida de sus habitantes.
Aquí están las oficinas de la Unión de Ejidos, que representa a 11 núcleos aunque son cuatro los que están dentro de la zona del Nevado de Toluca: El Capulín, Agua Bendita, San Bartolo y Rincón de Guadalupe, en conjunto poseen 2 mil hectáreas.
Los ejidatarios saben de las reuniones entre las autoridades para ir definiendo tareas, toda vez que desde octubre se hizo la recategorización como área de protección de flora y fauna. Quieren obtener permisos para extraer musgo, la vara de cuete, hongos, aprovechar los llanos, todo de manera ordenada, como lo han hecho por años. Buscan además elevar el ingreso anual de 20 millones de pesos de su aserradero, a 28 millones.
"El parque no estaba funcionando (...) el gobierno no tiene capacidad para cuidarlo y termina siendo tierra de nadie".
Aquí todos trabajan a favor de todos. Prueba de ello son sus microempresas. Varias familias destinaron sus zonas agrícolas a plantaciones forestales para comercializar los árboles de Navidad.
No hay paga para quienes hacen labor comunitaria. Su compensación es una franja de tierra para que la sigan cuidando.
Conocedores del bosque, coinciden todos en que la reclasificación del Xinantécatl – con sus 22 mil hectáreas, 11 mil de ellas forestales-, fue un acierto para darle un mejor trato y detener su deterioro, pero también es una oportunidad para elevar su nivel de ingresos.
Degradación y recuperación
Los bosques que están fuera del Nevado están mejor cuidados, señala Félix Canto Carbajal, gerente del aserradero y líder de la Unión de Ejidos, ya que están también dentro de una área natural para la protección de recursos naturales de los ríos Tilacatepec, Xilostoc y Valle de Bravo.
Admite que hay cierta degradación pero no deforestación, porque no hay asentamientos humanos que promuevan un cambio de uso de suelo. También existe tala hormiga que "no es para uso comercial y no puede causar deforestación".
Gabino García, el técnico forestal de la zona, muestra los trabajos de recuperación en el ejido de Rincón de Guadalupe. Sus conocimientos y trabajo han permitido asegurar renuevos, de no ser así, habrá un envejecimiento. El sitio está en proceso de certificación y su beneficio será obtener pago por servicios ambientales de mil 500 pesos por hectárea.
Las especies más "viejas" tienen 160 años; la edad promedio es de 60 a 70 años, pero para perpetuarlos están obligados a que por árbol cortado deben plantar 625. El índice de sobrevivencia en general es de 65 por ciento.
San Miguel Tenextepec es otro ejemplo de lo que hacen sus habitantes, que decidieron prescindir de los terrenos agrícolas y tienen plantaciones forestales porque la rentabilidad es mayor.
San Mateo Amanalco es, por su parte, un pueblo dedicado a la elaboración de muebles. Tiene 60 talleres con tres o cuatro empleados cada uno.
Buena decisión
Iván Zúñiga, representante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible AC, afirma que la recategorización del Xinantécatl es una buena decisión.
"El parque no estaba funcionado y sabemos que normalmente, cuando se genera una protección tan restrictiva, se crea un acceso abierto, es decir, se le quita la propiedad a alguien pero el gobierno no tiene capacidad para cuidarlo y termina siendo tierra de nadie.
"Es ahí donde se hace el caos y en ese sentido, ahora se regresa la posibilidad a los propietarios de replantear el uso que hacen de los recursos y el territorio; lo pueden hacer con permisos, estudios previos y para que las actividades económicas tengan sustento"
Refirió que desde hace 15 años hay una discusión a nivel mundial de que las áreas protegidas, en papel no conservan, "el decreto en sí no lo conserva, sino lo que haces en el territorio, en el manejo o la conservación".
Agregó que "México es reconocido como líder en el manejo comunitario de los bosques, pero no lo sabemos y no lo reconocemos".
Atribuye la actitud negativa de algunos grupos de ejidatarios y pobladores del Nevado a la falta de información por parte de la Federación y de los gobiernos locales.
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