lunes, 16 de junio de 2014
Colombia reelige a Santos y apuesta por “el fin de 50 años de violencia”
EFE en Bogotá |
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue reelegido ayer con un 50.93 % de los votos de la segunda vuelta de las presidenciales, en las que tuvo como rival al uribista Oscar Iván Zuluaga, que obtuvo un 45.02 % y ya aceptó su derrota.
La promesa de la paz con las FARC, guerrilla con la que negocia el Gobierno desde noviembre de 2012, así como con el ELN, grupo con el que ha iniciado conversaciones exploratorias, fue decisiva para que saliese triunfante, precisamente en las regiones y municipios más azotados por la violencia del conflicto armado, como el departamento del Cauca, donde consiguió un 72.10 % de los votos.
Alianza con la izquierda
En las últimas tres semanas Santos forjó y afianzó una inusitada alianza con la izquierda que le permitió dar la vuelta al resultado adverso de la primera ronda, celebrada el 25 de mayo, en la que quedó por detrás de Zuluaga (25.69 % frente a 29.25 %).
En la capital, feudo de la izquierda en Colombia, Santos logró un 52.48 % de los votos, más de diez puntos por encima de Zuluaga, que sumó un 42.21 %.
El alcalde de Bogotá, el ex guerrillero Gustavo Petro, quien fue de los primeros en apoyar a Santos, también reaccionó a la victoria del presidente y afirmó que el pueblo colombiano “ordenó hacer la paz”.
“Una nueva Colombia”. Santos dijo que su reelección “es el fin de más de 50 años de violencia y el comienzo de una nueva Colombia con más libertad, con más justicia social”.
“El mensaje de hoy es también para las FARC y el ELN, es un mensaje claro: este es el fin y hay que llegar a él con seriedad y decisión. Este es el fin de más de 50 años de violencia en nuestro país y el comienzo de una nueva Colombia con más libertad, con más justicia social, una Colombia en paz consigo misma”, dijo en medio de los vítores de sus seguidores.
Santos citó unas palabras recientes de Francisco: “decía el Papa que para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra; se necesita valor para decir si al diálogo y no a la violencia”.
“Y es cierto, no ha sido no es fácil, siempre hay obstáculos, siempre hay enemigos”, remarcó, para recordar que durante esta campaña “muchos mostraron su escepticismo acerca de la posibilidad de alcanzar la paz y su temor de que lo hiciéramos a cualquier precio”.
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