lunes, 22 de septiembre de 2014

Derrames de Sonora tardarán 15 años en sanar y dejarán toxicidad en habitantes

Los daños generados por la empresa Grupo México en dos ríos de Sonora, al haber derramado sustancias tóxicas desde la minera Buenavista del Cobre, tardarán en sanar entre 15 y 20 años, según advirtió el representante de política ambiental de Greenpeace México, Alberto Rojas Rueda. “Hay una serie de sustancias que se van quedando en el fondo y las laterales de los ríos, lo cual implicará un gran costo para eliminar todos los contaminantes. Será un saneamiento pasivo que la misma naturaleza va a terminar haciendo a través de la lluvia, por sedimentación o cuestiones físicas y biológicas de la misma microflora que hay en el lugar, la que lo absorberá, y eso tarda tiempo, porque muchos de los compuestos que se desbordaron son metales pesados’’, explicó. Esto significa que se generará toxicidad en los habitantes y los animales de la región, pues los contaminantes irán pasando a través de la cadena alimenticia entre plantas y animales más pequeños, y como resultado van a bioconcentrarse en las especies mayores. ‘‘Lo veremos de cinco a ocho años en promedio, sin considerar otros derrames que se están acumulando, como los recientes y los que vengan. Saber con claridad cuándo va a terminar de resolverse este problema es muy difícil, porque son vertimientos constantes, y quién sabe cuántos más hubo de los cuales no nos enteramos hasta que se dieron a conocer los de Sonora’’, agregó Rojas Rueda. Asimismo, el activista denunció la falta de interés del gobierno federal para prevenir y sancionar estos incidentes, pues las leyes ambientales se han mantenido endebles, al igual que la autoridad y capacidad de los inspectores. Por otro lado, “no hay mecanismos financieros que permitan paliar los gastos, porque el gasto no va dirigido a la persona que ya está afectada, a la que se quemó, intoxicó; el verdadero problema es el saneamiento del río y de la cuenca en general, y eso es tan caro que nadie lo está previendo’’, mencionó. El integrante de Greenpeace enfatizó en que las sanciones impuestas por el gobierno a los responsables de este tipo de afectaciones, no deben ser sólo administrativas, sino que además habría que clausurar de manera definitiva la operación de la mina. ‘‘Hoy día, como sólo tienen sanciones económicas de muy baja cuantía, no les importa estar contaminando. Nadie nunca los va a meter a la cárcel, ni nadie nunca les va a quitar el dinero que tienen.’’

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