martes, 16 de septiembre de 2014
Entre mentiras, Moreno Valle se hunde; la policía lanzó las primeras granadas de gas
Por Eridani Palestino - @Eridanipalestin /
“La policía de Puebla que mató a José Luis Tlahuatlie tenía órdenes de atacar, no de dialogar”
(16 de septiembre de 2014).- Después de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) determinara en su investigación sobre el caso Chalchihuapan y la muerte del menor José Luis Tehuatlie Tamayo, el gobernador Rafael Moreno Valle cada día se hunde más y su sueño por ser presidente de México ha quedado en el olvido.
La organización determinó que la policía poblana estaba preparada desde un día antes para atacar a los manifestantes que cerraron la autopista Puebla-Atlixco a la altura del kilómetro 14, en la entrada de San Bernardino Chalchihuapan, lo que abatió en la muerte del menor José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo el 9 de julio pasado.
Al rededor de 426 policías que intervinieron en el operativo denominado “Pegaso” fueron citados y encuartelados desde las 23 horas del 8 de julio. En el operativo, en contraste, se minimizó la posibilidad de entablar un diálogo con los manifestantes, pues de acuerdo con la CNDH, el representante de la Secretaría General de Gobierno trató de parar el conflicto, al cual no llegó a tiempo.
Pero eso no es todo, el director general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Puebla, señaló que “los manifestantes iniciaron los actos de violencia al lanzar piedras a los elementos de la Policía Estatal Preventiva”, por el contrario, los videos indican que la situación no sucedió de esa manera, lo cierto es que las agresiones no comenzaron antes de que los elementos policiales lanzaran las primeras granadas de gas.
Con la cabeza abajo
Pese a las presiones de los medios, Moreno Valle ha tratado de no salir a declarar sobre el dictamen final que presentó la CNDH. Este sábado el mandatario estatal huyó de reporteros que trataban de entrevistarlo al término de la ceremonia correspondiente al 167 Aniversario de la Batalla de los Niños Héroes de Chapultepec. Inmediatamente después de escuchar la ceremonia y a los oradores, el gobernador fue cubierto por media docena de escoltas, quienes evitaron que reporteros se le acercaran y así poder huir del sitio.
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