lunes, 20 de octubre de 2014

México está en la peor crisis de derechos humanos desde 1968: HRW

REDACCIÓN SDPNOTICIAS.
México está en la peor crisis de derechos humanos desde 1968: HRW Manifestación porque aparezcan los 43 estudiantes. Foto/Cuartoscuro “La crisis que viene arrastrando México desde el sexenio de Felipe Calderón a la fecha en materia de derechos humanos es la crisis más seria que ha enfrentado México desde los tiempos de Tlatelolco", dijo Vivanco. México.- México se encuentra en su peor crisis de derechos humanos desde 1968, cuando ocurrió la masacre de estudiantes el 2 de octubre en Tlatelolco, asegura José Miguel Vivanco, director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch (HRW). En entrevista con el diario El Universal, consideró que la desaparición de los 43 estudiantes desde el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, así como el hallazgo de muchas fosas clandestinas en los últimos días “son muestra de la degradación más profunda en la que ha caído México en ámbitos como la justicia, la violencia, la vigencia de los derechos humanos, la corrupción y la impunidad”. Abundó que “la crisis que viene arrastrando México desde el sexenio de Felipe Calderón a la fecha en materia de derechos humanos es la crisis más seria que ha enfrentado México desde los tiempos de Tlatelolco, especialmente con la culminación de estas desapariciones de más de 40 estudiantes”. Vivanco dijo que no conoce un hecho similar en América Latina en los últimos 30 años, “y aunque en la historia de México ha habido muchos desaparecidos, de esta magnitud y en tiempo real no conozco ningún caso”. Sobre los hechos violentos que dejaron 6 muertos en Iguala, así como lo ocurrido en Tlatlaya, estado de México, en el que militares son investigados por presuntamente asesinar a civiles y alterando la escena del crimen en un presunto enfrentamiento, en el que murieron 22 personas, el directivo de HRW apuntó: “La gente se pregunta, en especial fuera de México –los mexicanos no tanto porque ya han vivido-, pero en el extranjero la pregunta es ¿cómo puede ser que unos policías disparen contra estudiantes y que ellos mismos intenten desaparecer a 40 personas? La única explicación es la impunidad. Argumento uno, la impunidad; argumento número dos, la impunidad y argumento número tres, la impunidad; es la impunidad total”, subrayó. ¿Qué responsabilidad tiene el gobierno federa en la desaparición de los 43 nosmalistas”, le pregunta el corresponsal del mencionado rotativo, Carlos Benavides, y Vivanco señala: “Esta desaparición se produce en un lugar que no es remoto, que no es de difícil acceso. Son 120 kilómetros de la capital de México. Curiosamente el 26 de septiembre se produce primero el homicidio de seis personas por parte de policías, tres estudiantes y tres transeúntes, y de inmediato se denuncia el secuestro de decenas de estudiantes. “Es inusual la comisión de un delito de desaparición de personas en tiempo real, donde se van desencadenando los hechos a la vista de los espectadores, obviamente de los familiares y de los testigos que había en el sitio, se da la voz de alarma porque coinciden los dos hechos, es decir el asesinato y el secuestro (de estudiantes) se dan de manera simultánea, y se da la voz de alarma en ese instante”, apuntó. El Gobierno federal se deba dar inmediatamente por enterado, sin embargo, el presidente de la República (Enrique Peña Nieto) reacciona a los cuatro días, el 30 de septiembre. Vivanco, quien fue entrevistado por El Universal luego de su participación en un seminario de la 70 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en la que estuvo acompañado por el recién electo relator Especial de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la Libertad de Expresión, Edison Lanza, y la exrelatora Catalina Botero, reprochó la reacción tardía de Peña Nieto sobre el caso Iguala. “Muy mal pues la reacción del presidente está dirigida con toda claridad a lavarse las manos, pues dice que el Gobierno federal no puede sustituir las responsabilidades y obligaciones de los gobiernos estatales y que esa era una responsabilidad de Iguala, ¡como si esto fuera Guatemala! (…) Creo que el presidente de la República estaba más preocupado por proteger su imagen y no acercarse a este tema que, como el de Tlatlaya, fue tóxico”, puntualizó.

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