viernes, 26 de diciembre de 2014
Dolor e indignación por homicidio del “Padre Goyo”
EZEQUIEL FLORES CONTRERAS
Despiden al "Padre Goyo" en Guerrero.
Foto: Octavio Gómez
CIUDAD ALTAMIRANO. Gro., (proceso.).- El dolor, el llanto y la indignación recorrieron las calles de este lugar durante el cortejo fúnebre del sacerdote Gregorio López Gorostieta, levantado la madrugada del lunes 22 y encontrado muerto ayer.
Los restos del presbítero de 39 años y originario del poblado de Nanchichintla, Estado de México, fueron recibidos esta tarde por decenas de feligreses católicos encabezados por el obispo Maximino Martínez Miranda, quien dirigió las exequias.
El cuerpo del presbítero asesinado llegó a bordo de una carroza fúnebre a las 17:00 horas a Ciudad Altamirano, donde lo esperaban decenas de mujeres y hombres vestidos de blanco en la glorieta de Los Héroes.
Posteriormente partió el cortejo sobre la avenida Lázaro Cárdenas para arribar a la catedral Fray Juan Bautista Moya y después llevar los restos al seminario, habilitado cómo recinto funerario.
En la misa, Martínez Miranda exigió justicia y el esclarecimiento de este crimen, así como del resto de los asesinatos contra miembros de la comunidad católica en la entidad.
Al respecto, el obispo de la diócesis de Altamirano, conformada por iglesias ubicadas en los nueve municipios de la Tierra Caliente de Guerrero y otras más se los estados de México y Michoacán, condenó el crimen de López Gorostieta y exigió resultados a las autoridades gubernamentales en la estrategia para revertir los efectos de la violencia.
También lamentó el nivel de impunidad que sufre esta franja de la entidad surcada por el emblemático río Balsas y que es disputada por varias organizaciones delincuenciales que mantienen una confrontación por el control de las zonas de producción y trasiego de enervantes.
“La única forma de entender la situación (inseguridad y violencia), es porque las autoridades están involucradas con la delincuencia”, expresó el jerarca católico.
Por su parte, el rector del seminario católico de la diócesis de Altamirano, Othón Carranza Lorenzo, exhortó a las autoridades gubernamentales a asumir su responsabilidad, porque hasta ahora las acciones para revertir la violencia en la región de Tierra Caliente, “son insuficientes”.
“Desearíamos que el gobierno estuviera más al tanto de la sociedad, que protegiera a la sociedad, porque es su obligación como autoridades”, expresó el presbítero, quien reconoció que hay temor entre los sacerdotes de esta región porque de 2009 a la fecha han sido asesinados tres sacerdotes, dos seminaristas y sacristán en distintos puntos de esta zona controlada por la delincuencia.
El prelado fue entrevistado esta tarde en la sede del seminario, donde declaró: “Al gobierno le hace falta mejor coordinación y asumir su responsabilidad porque hasta ahora las acciones son insuficientes”.
Lo anterior, en referencia al operativo federal anunciado en la región de Tierra Caliente, donde el Ejército y la Policía Federal asumieron el control de la seguridad en los nueve municipios que conforman esta zona colindante con los estados de Michoacana y el Estado de México.
El prelado asesinado es originario de Nanchichintla, una ranchería ubicada en el sur del Estado de México. Estudió en el seminario de Altamirano y luego de ser nombrado sacerdote estudió tres años una especialidad de liturgia en Roma.
El sacerdote llegó hace año y medio para impartir clases en este lugar ubicado en la colonia Progreso al poniente de Ciudad Altamirano en las faldas del cerro Chuperio, zona considerada como cementerio clandestino.
Posteriormente regresó a la diócesis de Altamirano, donde fue designado asesor en filosofía y maestro de liturgia en el seminario, informó el obispo, Maximino Martínez.
El domingo 21 ofició misas en la catedral durante el día para recolectar fondos económicos con el propósito de reconstruir este templo católico y por la noche regresó al semanario para descansar.
Durante la madrugada del lunes 22, en una acción que aún no es esclarecida, un grupo de sujetos armados ingresó al seminario y se llevó al sacerdote, quien fue encontrado este jueves asesinado en las inmediaciones del monumento a Lázaro Cárdenas, que se encuentra en el municipio vecino de Tlapehuala.
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