viernes, 26 de diciembre de 2014
Implicados en el caso fueron detenidos… y los dejaron libres
Daniel Blancas Madrigal |
Fueron detenidos… y los dejaron libres. Al menos tres de los hombres más buscados hoy por fuerzas federales como parte de las investigaciones sobre el caso Iguala y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, estuvieron detenidos en el pasado, pero violaciones en el proceso, vacíos y argucias legales les permitieron abandonar la cárcel.
Se trata de Salomón Pineda Villa, alías El Salo y hermano de María de Los Ángeles Pineda Villa, hoy arraigada; Uzziel Peralta Rodríguez, operador de Guerreros Unidos; y Santiago Mazari Hernández, El Carrete, uno de los líderes del grupo criminal antagónico, conocido como Los Rojos.
LAS HISTORIAS. Salomón, también identificado como El Molón, había sido detenido por elementos de la Policía Federal el 5 de mayo de 2009, en una casa de seguridad de Cuernavaca, Morelos. Con él cayeron cuatro integrantes más de la familia Pineda Villa y otros nueve cómplices de la organización. La PF los presentó como “colaboradores de los Beltrán Leyva en la entidad, a través de diversas actividades, como el envío de armas a otras células del grupo en Guerrero y Michoacán”.
El sujeto, ligado después al grupo que se adjudica el ataque a estudiantes: Guerreros Unidos, quedó libre por falta de elementos el 5 de abril de 2013, cuando un juzgado federal en Nayarit -en específico un secretario en funciones de juez, de nombre Carlos Verdugo Partida- desechó todas las pruebas presentadas en su contra por el Ministerio Público de la Federación y lo absolvió de los delitos de narcotráfico y delincuencia organizada.
El Salo y sus hermanos Mario y Alberto Pineda Villa, apodados El MP y El Borrado -estos últimos fueron supuestamente ejecutados en 2009-, habían ingresado al Cártel de Sinaloa desde 2002, recomendados por un operador conocido como El Arroyo. De arranque, se encargarían de operaciones ilícitas y de sicariato en la plaza de Zihuatanejo, Guerrero.
Apenas el pasado 8 de octubre se conoció de manera extraoficial que Salomón había sido reaprehendido en el Zócalo de la capital morelense por infantes de la Secretaría de Marina vestidos de civil. No obstante, la dependencia jamás oficializó la noticia, y la PGR tampoco ofreció referencias en torno a la captura.
FALLAS. Otro de los presuntos operadores de Guerreros Unidos que fue detenido el 1 de octubre de este año por elementos ministeriales es Uzziel Peralta Rodríguez, quien de manera oficial era director de tránsito del municipio de Iguala. Días después fue liberado…
Su nombre ya aparecía en una averiguación previa enviada a la PGR por la Procuraduría de Guerrero el 28 de abril de 2014, cinco meses antes de la desaparición de los normalistas. Según el expediente Uzziel y otros de sus familiares conformaban uno de los brazos armados de GU. En funciones policiales, “se encargaba de levantar a víctimas de secuestro y entregarlas al grupo criminal, además de negociar el pago de los rescates”.
NEXOS LEGISLATIVOS. Uno más de los delincuentes hoy prófugos y liberados con anterioridad es Santiago Mazari Hernández, líder del grupo antagónico y promotor de la violencia en la región: los Rojos… Se le identifica como El Carrete o El Señor de los Caballos, y es sobrino de Alfonso Miranda Gallegos, diputado del Partido del Trabajo en Morelos.
Según la averiguación MOR/CV/UMAN/583-2008 de la PGR, Mazari fue detenido el 16 de septiembre de 2008 en el kilómetro 46 de la carretera federal Cuernavaca-Taxco, en posesión de paquetes de droga. Aunque fue internado en el penal de Atlacholoaya y en principio le fue dictado el auto de formal prisión por delitos contra la salud, recobró su libertad en 2011 por deficiencias en el proceso.
Hoy comparte el liderato de la organización con Omar Cuenca Marina El Niño Popis…
Los Rojos también se involucraron en el ataque a los normalistas, pues enviaron a Iguala a un grupo de sicarios aquel 26 de septiembre.
El líder de GU Sidronio Casarrubias, preso en el Altiplano, declaró que los pistoleros rivales “iban en camionetas Urvan y llevaban armas largas”, y se intentaron infiltrar en los autobuses de los estudiantes con la intensión de asesinar a los lugartenientes enemigos de la plaza de Iguala.
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