martes, 6 de enero de 2015

Javier Salinas Narváez: Comunicado de prensa

• Peña Nieto desaprovecha reunión con Obama al relegar temas de interés para México.
• Temas de fondo sobre comercio, precio del petróleo y derechos humanos quedaron relegados. 
• Prevaleció la agenda de EU ante el silencio de la parte mexicana, expresa.

El Secretario de Relaciones Internacionales del Partido de la Revolución Democrática, Javier Salinas Narváez, evalúa el encuentro entre los presidentes de México, Enrique Peña Nieto y de EU, Barack Obama, tras los primeros anuncios oficiales de la misma:
1.- Una reunión sin sustancia. Así debe calificarse el tan difundido encuentro entre los presidentes Barack Obama y Enrique Peña Nieto en los Estados Unidos, el día de hoy en la ciudad de Washington DC. Muchas expectativas se había generado pero en concreto sólo hay un anuncio de buenos propósitos.
2.- Elevar la competitividad. Desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) Estados Unidos, Joe Biden y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray (quien aún no ha dado suficientes explicaciones sobre su casa de Malinalco financiada por Grupo HIGA mediante un préstamo personal y sobre la que mintió en su declaración patrimonial señalando que la había pagado cuando aún la debía). Sólo es un reiteración de aquello se planeaba entonces y que ha sido motivo de muchos discursos en distintos sexenios.
 3.- Lo único importante es la Seguridad. Es claro que por el perfil de los asistentes del lado estadounidense a la reunión, la preocupación de los norteamericanos no está en el desarrollo económico, social y político de la región, sino sencillamente en la agenda de la seguridad fronteriza, la migración indocumentada, el crimen organizado y el terrorismo. Es la misma agenda con los mismos temas que México arrastra desde hace 20 años en la relación bilateral.
 4.- Una oportunidad desperdiciada. La reunión Obama-Peña pudo servir para reposicionar el tema de los Derechos Humanos, tanto de los migrantes mexicanos como de los centroamericanos que cruzan el territorio nacional para llegar a la Unión Americana. Pudo servir para replantear la nueva geografía política que existirá luego de distenderse las relaciones de Estados Unidos con Cuba. Vaya, hasta el tema de los precios del petróleo, que muchos analistas ubican como una estrategia de mercado de los estadounidenses y que en el caso de México afectará seriamente a las finanzas públicas (el día de hoy el precio de la mezcla mexicana alcanzó los 39.94 dólares por barril, el menor precio desde 2009), pudo ser materia de diálogo. Pero todo indica que fue una reunión inútil.
5.- Las protestas por Ayotzinapa. Las protestas frente a la Casa Blanca y en Chicago sobre la tragedia en Ayotzinapa y el señalamiento el presidente Obama sobre el caso, es quizá la única nota positiva de la reunión. Mientras en México el gobierno federal sigue empeñado dejar atrás la controversia, está claro que para la comunidad internacional no es así. México es uno diferente antes y después de Ayotzinapa y es el gobierno encabezado por Enrique Peña, quien se niega a aceptarlo, haciendo como si se tratara de un acontecimiento más en la larga cadena de masacres y crímenes ocurridos en nuestro país desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico con Felipe Calderón.
6.- Reformas obligan a cambios en el gabinete. El presidente Obama ha dicho que felicita a México por las reformas estructurales y que de éstas se derivarán mejores condiciones económicas para nuestro país. Pero lo que se desconoce, porque el gobierno mexicano se lo oculta al exterior, es que la parte legislativa, que ha corrido enteramente a cargo del Congreso de la Unión, es sólo un primer paso; porque el gobierno federal debería ya estar trabajando en los instrumentos para hacerlas operativas y que esos instrumentos no parecen estar listos, ni en sus herramientas ni en sus ejecutores. Las reformas llevadas adelante por ese mismo gabinete, con esos personajes que han mostrado su ineficiencia y ausencia de capacidad están destinadas al fracaso. Se entiende el gesto de EPN de ir a la tumba del soldado desconocido en una nación con la historia de los USA, pero hubiera sido un gesto de compromiso con las libertades y derechos acudir al Memorial de Abraham Lincoln. Fue una reunión descafeinada y sin sustancia, en la que prevalecieron los temas de ellos y no los nuestros.

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