martes, 6 de enero de 2015
Quiere EU evitar más tragedias como la de Ayotzinapa: Obama en reunión con Peña
J. JESÚS ESQUIVEL
Barack Obama en una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto en la Oficina Oval de la Casa Blanca, en Washington.
Foto: AP / Carolyn Kaster
WASHINGTON (proceso).- El presidente estadunidense Barack Obama dijo que su gobierno y su país quieren ser un “mejor aliado” de México en el combate contra el narcotráfico, con el propósito de evitar tragedias como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“Obviamente aquí en Estados Unidos le hemos dado seguimiento a los trágicos eventos alrededor del caso de los estudiantes cuyas vidas se perdieron”, dijo Obama durante la sesión de fotografías en la Oficina Oval de la Casa Blanca, casi al término de la reunión que sostuvo con el presidente Enrique Peña Nieto.
Por lo dicho por el mandatario estadunidense sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, aunque sin mencionarlos específicamente, quedó claro que él le preguntó a Peña Nieto sobre los avances de la investigación de este crimen.
“El presidente Peña Nieto pudo describirme las reformas y programas que ha iniciado alrededor de estos asuntos”, acotó el presidente de Estados Unidos.
En este marco de la reunión oficial de trabajo que Peña Nieto llevó a cabo de manera expedita a la Casa Blanca, Obama aprovechó el momento para hablar de la determinación de apoyar al gobierno mexicano en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
“Es nuestro compromiso ser amigo y respaldar a México en sus esfuerzos para eliminar el flagelo de la violencia y de los cárteles de la droga que son los responsables de gran parte de las tragedias que ocurren dentro de México”, declaró Obama.
Como ya lo había adelantado la Casa Blanca, en la visita de Peña Nieto el gobierno estadunidense renovaría sus intenciones de fortalecer la cooperación en materia de seguridad, para combatir a los cárteles del narcotráfico y al crimen organizado en general.
“Queremos ser un buen socio en este proceso, reconociendo que al final será determinación de México y de la aplicación de la ley el llevar a cabo las determinaciones que deben tomarse”, agregó el presidente Obama en la Oficina Oval.
El encuentro entre los presidentes de México y Estados Unidos, que duró aproximadamente una hora 45 minutos –con unos 45 minutos dedicados a un almuerzo de trabajo en el que participaron sus asesores más cercanos– fue aprovechado por ambas partes para resaltar los deseos de fortalecer la relación de los dos países.
Peña Nieto, quien obvió hablar del caso de los 43 normalistas desaparecidos, dijo que la relación entre los dos países debe estar sustentada en la amistad, cordialidad, respeto mutuo e intereses comunes para poder alcanzar la prosperidad económica.
El presidente de México le reconoció a Obama “su audacia” para de manera unilateral emitir órdenes ejecutivas en materia migratoria, con las cuales podrán regularizar su estatus de residencia y laboral unos 11 millones de inmigrantes indocumentados (en su mayoría mexicanos), por un periodo de tres años. “Es claro un acto de justicia para la gente que llegó de otras partes del mundo y que ahora son parte de la comunidad de los Estados Unidos”, declaró Peña Nieto.
El mandatario mexicano aseguró que su gobierno ya está listo para ayudar a los mexicanos indocumentados que califiquen para el permiso temporal de residencia y trabajo en Estados Unidos, con el objeto de que puedan demostrar que llegaron a la Unión Americana antes del año 2010.
En términos de la propuesta de Obama de fortalecer la cooperación en seguridad con el gobierno mexicano, Peña Nieto aseguró que su gobierno está determinado a seguir intercambiando información de inteligencia y logística, para poder combatir al crimen organizado.
La reunión bilateral que se inició con una sesión del Diálogo Económico de Alto Nivel, encabezada por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público de México, se concentró en destacar la cooperación en materia económica, laboral, comercial, de educación, infraestructura, seguridad fronteriza, competitividad y creación de empleos.
Hospedado en la Casa Blair, la que ofrece el gobierno de Estados Unidos a los jefes de Estado y de gobierno que realizan una visita oficial a la Casa Blanca, Peña Nieto no pudo evitar el que a sus oídos llegaran las denuncias y gritos de un centenar de personas que se dieron cita al frente de la mansión presidencial, para demandar justicia y claridad en el caso de Ayotzinapa.
A unos 300 metros de distancia del Ala Este de la Casa Blanca donde se encuentra la Oficina Oval de la Casa Blanca, Peña Nieto llegó a su encuentro con Obama en automóvil blindado, acompañado del jefe del Estado Mayor Presidencial.
¡Justicia, justicia! ¡Ellos son, ellos son, los que chingan la nación!, ¡Fue el Estado, Fue el Estado!, fueron los gritos del centenar de manifestantes al momento en que el presidente de México entraba a la Casa Blanca.
En la sesión de fotografías de la Casa Blanca, al que entraron solamente 11 reporteros mexicanos (de la fuente presidencial) y 11 estadunidenses, tres de los cuales no eran estadunidenses sino reporteros de medios europeos; el periódico El País, la agencia de noticias EFE y la BBC, por petición de Los Pinos, no se permitieron hacer preguntas a los representantes de los medios.
La sesión del encuentro fue muy cordial, tanto que Obama rompiendo el protocolo, acompañó a Peña Nieto hasta la misma puerta de ingreso al Ala Este de la Casa Blanca y ahí, sólo frente a unos cuantos reporteros, se pasó otros cinco minutos hablando con su invitado.
Peña Nieto y el jefe del Estado Mayor Presidencial salieron de la Casa Blanca en el auto blindado para recorrer los 300 metros de distancia que lo separaban de la Casa Blair, y a su salida el coro de los manifestantes creció:
¡Asesino, asesino, asesino!, ¡Killer, killer!, fueron los gritos que acompañaron la salida del mandatario mexicano de la Casa Blanca.
Detrás de su jefe y a pie, los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; Videgaray, de Hacienda; Ildefonso Guajardo, de Economía; Jesús Murillo Karam, procurador general de Justicia y Eduardo Medina Mora, embajador de México en Washington, salieron de la Casa Blanca sin poder evitar mirar y escuchar los gritos de repudio de los manifestantes amontonados por la seguridad a la orilla del parque Lafayette.
La nevada, que acumuló unos seis centímetros de precipitación y el aire helado que azotó a Washington en el día de la visita exprés de Peña Nieto a Obama, no atajaron los ánimos de los manifestantes que llevaron cartelones que decían: “Renuncia Peña Nieto”, “Chinga tu madre Peña Nieto”.
A media tarde y antes de regresar a la capital mexicana, Peña Nieto concluyó su visita a Washington, rindiendo tributo ante la Tumba del Soldado Desconocido, el Cementerio Militar de Arlington, Virginia, donde depositó una ofrenda floral.
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