miércoles, 25 de marzo de 2015
Construcción de camino destruye dos montículos prehispánicos de Mitla
LA CRÓNICA La destrucción los montículos número 41 y 42 que forman parte del sitio prehispánico El Mogote, ubicado dentro de la zona arqueológica de Mitla, en Oaxaca, a causa de la apertura de una vialidad por parte de autoridades municipales, fue denunciado por habitantes de la zona el pasado fin de semana, y en los próximos días esperan que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emita un dictamen sobre las afectaciones a dichos vestigios.
De acuerdo con Jorge Ríos Allier, director de la zona arqueológica de Mitla, las mayores afectaciones se ocasionaron sobre los muros secos de los montículos, es decir, una especie de delimitaciones que cubren las construcciones prehispánicas y que, al ser dañadas, ponen en riesgo las edificaciones zapotecas que en su mayoría están hechas de materiales frágiles: tierra con piedra.
“La zona arqueológica de Mitla cuenta con una declaratoria federal desde 1993, es la segunda zona más visitada y se compone de cinco núcleos arqueológicos y uno de ellos es El Mogote, que en este momento tiene una situación que podríamos llamar desafortunada”, comenta a Crónica.
Ríos Allier detalla que el nombre oficial de El Mogote es el Grupo del Sur, el cual se localiza a espaldas del Palacio Municipal de Mitla y que en la actualidad cuenta con alrededor de cuatro montículos aunque a principios del siglo XX tenía el registro de ocho distribuidos en sus dos plazas.
“El Mogote contiene el montículo más alto de la zona arqueológica de Mitla, con más de 15 metros. Su arquitectura casi en su totalidad es de tierra con piedra, lo cual la hace vulnerable bajo algunas circunstancias, pero los cuidados que se han aplicado en más de 70 años por el INAH van de la mano con aquellas situaciones de crecimiento urbano, lo cual ha permitido su conservación”.
—¿Se puede hablar de una destrucción al patrimonio?
—Actualmente, de alguna manera se está valorando tener a la mano una situación de daño al patrimonio que no es deseable, pero por supuesto que tampoco es lo mejor cuando se trata del inicio de obras públicas de una municipalidad. En este caso se está valorando y dictaminando cuál es el tema de la real afectación o no, pero que caso de existir, veremos cuál es el mecanismo a seguir dentro del marco normativo que tenemos.
—¿Qué tipo de obras ocasionó este percance?
—Se hicieron alineamientos para calles que van a derivar en la construcción de un puente vehicular. El problema de fondo para la parte normativa es que no se tenía conocimiento oficial del inicio de obras y tampoco de las acciones de alineamientos de calles.
Además, Ríos Allier comenta que para los habitantes resulta extraño que el horario en que se realizaron las obras sucediera pasadas las 20:00 horas. “Ese es un primer momento desafortunado porque no se tenía visión de lo que se estaba retirando, evidentemente los muros secos implican una función estructural para la protección de los monumentos, pero fue una acción desafortunada tomarlos por asalto y retirarlos, porque estamos hablando de propiedad federal y del tema de conservación de monumentos”.
Este hecho demuestra, añade el arqueólogo, la poca coordinación institucional al momento de tomar decisiones para aspectos de utilidad pública, por lo que la situación de El Mogote tiene que ver con la falta de planeación para realizar obras.
OBRA SUSPENDIDA. Jorge Ríos Allier destaca que Mitla es una zona arqueológica que se ubica en un contexto urbano, sin embargo, ese aspecto no le resta valor a los monumentos que existen. “Muchas de las acciones que en anteriores años ha realizado en el INAH tienen que ver con resguardar los monumentos, que en este caso en particular, con las delimitaciones de muros secos que evitan riesgos estructurales a los vestigios”.
No obstante, reitera que este caso es un evento desafortunado porque es el primero que le sucede a Mitla en los últimos 50 años.
—¿Han hablado con las autoridades municipales?
—Desde que se reportó (la noche del jueves) hicieron presencia para tratar de conciliar intereses con la obra que pretendían realizar y con los lineamientos a seguir. A partir del lunes la obra se encuentra suspendida, se inició un proceso administrativo que derivará ya sea en un acuerdo de partes para el rescate o, en su caso, la presentación de una denuncia en el caso puntual de observar un daño al patrimonio cultural.
“Habrá una audiencia de ley para escuchar la parte (municipal). Creo que ninguna de las acciones que toma el INAH es contra las obras de beneficio público, pero se debe tomar en cuenta que el patrimonio es frágil y cualquier daño sobre él es irreversible. Las condiciones en las cuales se puede realizar una obra es tomando en cuenta la ley de monumentos”, añade Ríos Allier.
IMPORTANCIA. La zona arqueológica de Mitla tiene una numeración que se divide entre los diferentes montículos que se ubican distribuidos en los cinco grupos arquitectónicos que conforman la zona y El Mogote comprende, aquellos que van del 30 hasta el 44.
Los materiales con que fue construido este sitio por los zapotecas (tierra con piedra), indica que es un sitio más tempranos a la actual parte de la zona arqueológica que se visita, es decir, es más antigua al área donde se encuentra el palacio con grecas y pintura roja.
“Las medidas aproximadas de estos montículos son 50 metros de largo, estamos hablando de un área que fue protegida hace años y que sus límites corresponden a estos muros secos, los cuales se han asentado para formar volumen y eso quiere decir que en la evaluación a hacer, derivará en saber si la alteración de suelo corresponde a la parte arqueológica o corresponde a parte asentada, pero como el contacto con estos muros es directo, lo es más concebible es que tengamos afectaciones en ambas partes”, precisa Ríos Allier.
El arqueólogo señala que las edificaciones de El Mogote evidencia que funcionó al mismo tiempo que otro grupo de arquitectura de tierra al note de Mitla, llamado el Grupo del Adobe “y que obviamente al ser una orientación este-oeste tenía una función ceremonial por el tamaño de su plaza y edificio. De alguna manera su importancia radica en que es la parte intermedia entre estos edificios decorados y la parte en que las sociedades se organizaban todavía en caseríos pequeños”.
Por último, Ríos Allier señala que entre la población existe una opinión dividida entre aquellos que dan prioridad a las obras públicas y el sector preocupado por las acciones del patrimonio cultural.
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