miércoles, 25 de marzo de 2015
En el olvido, taxis eléctricos de “vanguardia” de Ebrard
LA CRÓNICA
El 28 de septiembre de 2011, hace ya casi cuatro años, el ex jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, presumió la puesta en marcha de taxis eléctricos en el Centro Histórico; en aquella ocasión aseguró que esto pondría a la ciudad de México a la vanguardia en materia de transporte; incluso comentó que ayudaría a reducir las emisiones contaminantes.
Sin embargo, este proyecto fue un fracaso. Y es que ahora estas unidades de última tecnología se encuentran abandonadas en una bodega en las instalaciones del Servicio de Transportes Eléctricos del Distrito Federal (STE).
El STE se localiza en la Avenida Municipio Libre 402, en la colonia San Andrés Tetepilco, en Iztapalapa.
La encargada de la oficina de Información Pública, Beatriz Sotelo, confirmó a Crónica que en el lugar se encuentran 20 unidades eléctricas, esas que tanto ensalzó Ebrard durante su administración.
Explicó que los vehículos se encuentran en un área especializada y que pronto volverán a prestar servicio; no obstante, no dio fecha.
En septiembre de 2011, Ebrard, ahora candidato a una diputación plurinominal por Movimiento Ciudadano, puso en operación tres taxis eléctricos, con los que comenzó a brindar el servicio de transporte por el primer cuadro; unos meses después, el número de unidades aumentó a 20.
La meta, según el ex mandatario perredista era llegar a 100, sin embargo, esto nunca sucedió, pues un año más tarde estas unidades salieron de circulación, entre otras cosas, por los altos costos que significaba utilizarlos (casi 25 pesos el banderazo), situación que nunca previo el ex perredista.
Asimismo no se contaba con la infraestructura necesaria: faltaban estaciones de recargas, técnicos y las refacciones para este tipo de unidades.
“Nos propusimos que llegara a tiempo esta tecnología a México, porque estamos viviendo un gran cambio tecnológico, estamos viviendo todo el mundo un proceso de cambio que no se había visto y nosotros queremos estar a tiempo en este proceso”, dijo Ebrard hace casi cuatro años.
La pasada administración entregó estas unidades en el marco de la signa de un acuerdo entre el Gobierno del DF (GDF) y Nissan Mexicana, durante la Cumbre Climática Mundial de Alcaldes, celebrada en la ciudad de México en noviembre de 2010.
Los 20 taxis eléctricos funcionaron hasta el 2012, durante este tiempo la concesión estuvo a cargo de la empresa privada Taxi 4000, que advirtió que había un desinterés de los usuarios por abordar el transporte debido a su costo elevado y a los nudos viales que se registraban en el primer cuadro.
Su objetivo central era dejar de generar cinco toneladas de bióxido de carbono al ambiente.
La tarifa era de 24.64 pesos el banderazo y se incrementaba 1.65 pesos cada 250 metros o 45 segundos.
A principios de 2014, y con la intención de relanzar el proyecto que no pudieron echar andar las secretarías de Medio Ambiente y Transportes y Vialidad, ahora de Movilidad, la concesión de los taxis pasó a manos del STE, institución que los tiene guardados desde ese entonces en sus instalaciones.
Peor resulta saber que la Primera Estación de Recarga, conformada por cargadores que se alimentan a través de paneles solares y brindan a las unidades una recarga para un periodo de cuatro a ocho horas, está olvidada y algunas de sus herramientas ya están dañadas, como es el caso de la pistola de recarga.
La estación, localizada en la calle República de Guatemala esquina con República de Brasil, en el Centro Histórico, está inutilizada.
El proyecto original también contemplaba la construcción de una estación en Pino Suárez; sin embargo, tampoco se realizó.
Su desempeño es similar al de un automóvil con motor de seis cilindros y alcanza una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora.
OTRA ALTERNATIVA. A finales del año pasado, el secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, René Drucker, informó que un grupo de ingenieros mexicanos fabricó un auto eléctrico, el primero en su tipo que se ensambla en el DF, y que estaban buscando una compañía 100 por ciento mexicana para comenzar con su producción.
Precisó que no le quieren vender el proyecto a ninguna ensambladora extranjera, pues el objetivo es que sean diseñados y fabricados en México.
“El problema es que hay que encontrar una empresa que los fabrique y como en México no se fabrican automóviles, pero se puede crear una empresa que fabrique los automóviles eléctricos, pero una empresa mexicana que generaría empleo para muchos mexicanos, y empleos muy bien pagados”.
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