viernes, 14 de agosto de 2015
150 años del gobierno de Benito Juárez en Chihuahua
EXCELSIOR Hoy se cumplen 150 años de que Benito Juárez García estableció el gobierno de México en Ciudad Juárez, entonces Paso del Norte, y desde entonces su figura es el ícono de mayor respeto en esta frontera.
No obstante, su figura no está exenta de la polémica, principalmente sus estatuas, sus bustos y la mascarilla mortuoria.
Historiadores locales han documentado monumentos con el cuerpo de otros personajes, hay bustos negros y dorados, y se acusa que la mascarilla mortuoria que se utiliza en el museo nacional fue hecha cuando tenía varias horas de muerto y se encontraba sumamente hinchado.
Arturo Medrano, historiador local de Chihuahua, dice que si la mascarilla mortuoria actual de Benito Juárez es tomada como referencia de su persona en vida, estaríamos hablando que sería un gigante de más de dos metros de altura.
Sin embargo, para los habitantes de la Heroica Ciudad Juárez se trata del personaje de la historia nacional que merece más respeto.
Incluso, cuentan que en esta frontera, agobiada por la violencia y la inseguridad, la única placa de bronce que no se han robado es precisamente la que se refiere a la instalación del gobierno de la República mexicana en Ciudad Juárez, o Paso del Norte, por el Benemérito de las Américas.
Para ellos, los habitantes de Ciudad Juárez, se trata de un héroe que les ejemplifica el respeto, la honestidad y la valentía.
Gerardo Hernández Ibarra, encargado este año de organizar los protocolos para el aniversario 150 del establecimiento del Poder Ejecutivo nacional en esta frontera, asegura que hablar de Benito Juárez significa respeto y que sería una ofensa para los juarenses robarse alguna placa, monumento o busto erigido en honor a este personaje.
“Es nuestro lema, nuestro nombre, así, sencillamente Ciudad Juárez”, y explica que se trata nada más y nada menos de nueve meses de gobierno nacional que se establecieron en esta frontera.
En 1988, la entonces Villa Paso del Norte, dejó de ser nombrada de este modo y pasó a ser fundada como Ciudad Juárez.
Y recalca con orgullo, “somos la ciudad más grande del país y Latinoamérica que lleva su nombre y que, además, somos frontera con otro país”.
Tiendita resguarda la placa
Sobre la placa, explicó que subsiste en la avenida Reforma y calle Anáhuac, en una tienda de abarrotes, la cual fue colocada en diciembre de 1959.
Ese edificio es de finales de los 20 y los 30, y desde entonces era una tienda de abarrotes en la colonia El Barrial, por la antigua cervecería y el antiguo hipódromo.
Esta placa no ha sido robada. De todas las que se colocaron, solamente quedan dos: la de la entrada de Benito Juárez y la llegada de los fundadores, luego de 56 años que se colocaron, “pero hay que reconocerle a don Juan, dueño de la tienda, que la cuida desde entonces”.
Habitantes de Paso del Norte lo resguardan
Benito Pablo Juárez García, después de nombrar gobernador y general en jefe de todas las fuerzas republicanas que operaban en Chihuahua al general Manuel Ojinaga, presionado por el avance de las tropas francesas, sale hacia Villa Paso del Norte el sábado 5 de agosto de 1865, y el lunes 14 de agosto de ese mismo año queda establecido en la Villa el gobierno nacional.
Villa Paso del Norte contaba, en ese entonces, con cerca de tres mil habitantes, su población reflejaba el mestizaje de la época colonial, producto de la mezcla de rasgos culturales españoles e indígenas de la región.
Después de la guerra de 1847, Paso del Norte quedó como punto fronterizo, dando paso al intercambio comercial permanente con Estados Unidos.
Ni el aislamiento ni la lejanía fueron obstáculos para que en Paso del Norte se compartieran las ideas liberales. Su gente supo resguardar a Juárez y a la República durante los difíciles días de 1865 y 1866.
Paso del Norte representaba el último reducto para la República itinerante de Benito Juárez. Ante un eventual ataque de las fuerzas francesas, esta lejana frontera del norte contaba con la ventaja del desierto, una barrera natural que dificultaría el accionar del ejército invasor.
Juárez no confiaba en el gobierno de EU, pues apenas habían transcurrido 18 años de la Guerra de 1847; sin embargo, sabía que a los franceses no les sería fácil atacar un punto colindante con un país al que no deseaban de enemigo.
Fue por esa razón que Juárez consideraba esencial mantener las relaciones diplomáticas y comerciales con el gobierno estadunidense.
Además, Paso del Norte le ofreció un sitio estratégico para la comunicación con el interior de la República y el extranjero, especialmente con el vecino país del norte, donde se encontraba su familia.
Durante su estancia en Paso del Norte, el presidente Juárez dispuso la eliminación de la ley local de los trabajos forzados a sirvientes y emitió dos decretos publicados por el gobernador del estado el 24 de octubre de 1865.
El primero de ellos establecía la prórroga de su mandato ante la imposibilidad de elegir un nuevo Presidente, debido a las condiciones de guerra. El segundo decreto de Juárez desconocía al general Jesús González Ortega como vicepresidente por haber decidido, en esos momentos de guerra, abandonar el país para radicar en el extranjero.
Juárez partió de Paso del Norte a la Ciudad de Chihuahua el 13 de noviembre y regresó de nuevo el 18 de diciembre de 1865. Permaneció en ella hasta el 10 de junio de 1866 en que retoma a la capital del estado, luego de que el territorio estatal se encontraba libre de enemigos.
Usaban busto para atrancar puerta
Cuentan en este municipio una peculiar anécdota, que uno de los primeros bustos de Benito Juárez recibió un disparo de cañón en la toma de esta frontera, y que se le cayó la cabeza.
Dice la historia y la leyenda que el busto lo usaban como tranca de la puerta principal del Salón de Actos hasta 1938, y que en ese entonces fue rescatada por el profesor Chávez Montañez al solicitarla al cabildo, y que funda la escuela Benito Juárez, hasta donde permanece actualmente.
Este busto fue fundido en Florencia, Italia.
Sin embargo, los hechos históricos sobre el Benemérito de las Américas no han estado exentos de la polémica.
Uno de ellos es el hecho de que la estatua, ubicada en el cruce de las avenidas Juárez y Colón, en la ciudad de Chihuahua, se trata del cuerpo de Abraham Lincoln, con bastón y levita, el cual fue utilizado para ajustarle la cabeza de Benito Juárez.
Otro es que los distintos bustos que hay en el estado han sido pintados de diversos colores, de acuerdo con el ánimo de la autoridad en turno.
Sin embargo, para el historiador local Arturo Medrano hay una que debe ser rectificada urgentemente.
Para él, lo que no está correcto es que se diga que la mascarilla oficial que está en la Ciudad de México está bien tomada.
Explicó que debido a que sus medidas proporcionales son de casi 30 centímetros de la barbilla a la coronilla, proporcionalmente tendría una estatura mucho mayor que la que tenía en vida, es decir, de dos metros 40 centímetros.
Por lo tanto, asegura, es totalmente falsa y no se debería usar dicha mascarilla como oficial.
Aseguró que la primera mascarilla mortuoria que se le tomó a Benito Juárez, y la cual se encuentra en Estados Unidos, nos da el 1.53-54 metros de estatura que tuvo el Benemérito.
“La petición es que se corrija, que se diga la verdad, de que hay una mascarilla equivocada de Benito Juárez y se diga que dicha mascarilla fue tomada cuando tenía varias horas de muerto, y eso lo puede decir un técnico en antropología que se llama somatólogo, que puede decir las horas que tiene de muerto.”
Además, continuó, “la primera mascarilla mortuoria tiene los residuos celulares y residuos capilares que nos pueden decir concretamente si murió o no envenenado”.
Explicó que el hallazgo de la primera mascarilla es significativo para la historia de México, “porque nos va a decir la verdad, como dijeron los primeros biógrafos de que murió envenenado, así como dijeron los médicos que lo atendieron, Gabino Barreda, Miguel Jiménez, el doctor Lucio Cabañas y el doctor Ignacio Alvarado”.
Añadió que “existe una duda tremenda sobre si fue envenenado o no por la velocidad en la que se inflamó el cadáver de Benito Juárez. Nos dice mucho, ya que no debía haberse inflamado a unos cuantos minutos de muerto”.
Ahora, la mascarilla que presenta Medrano asegura que fue tomada primero, a la una y media de la mañana del 19 de julio de 1872.
Esta mascarilla salió de México porque las personas que ayudaron a hacer la investigación la reclamaron luego de que el INAH no accedió a hacer los exámenes para comprobar, con esta nueva evidencia, que fue envenenado.
Actualmente se encuentra en Estados Unidos, “pero es la única que podría revelar la verdadera causa de la muerte de Don Benito Juárez”, puntualizó Medrano.
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