martes, 25 de agosto de 2015

Conaculta destinó sólo 170 mdp a templos históricos en 6 años

LA CRÓNICA En los últimos seis años —2010 a 2015— el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) ha invertido de manera ordinaria sólo 170 millones de pesos en el cuidado de iglesias consideradas monumentos históricos en el país, lo cual equivale al gasto en la Cámara de Diputados en ocho días.
Estas aportaciones se han ejecutado vía el Fondo de Apoyo a Comunidades para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal, conocido como Foremoba, y el cual obliga a contrapartes —gobiernos locales, comunidades o grupos organizados— a realizar aportaciones por un monto al menos igual al oficial. Conforme a las listas de proyectos —consultadas por Crónica— el Fondo destinó 123 millones 247 mil pesos a 384 recintos, entre santuarios, conventos, parroquias, capillas, catedrales y basílicas, ubicados en 24 estados y el Distrito Federal. En el papel se sumaron alrededor de 50 millones en 2015, pero aún se desconoce la cantidad exacta dirigida a los inmuebles y cuántos han sido beneficiados. Aunque la inversión es mínima, mantiene una sombra de duda financiera: en el mismo lapso la Secretaría de Hacienda reportó una asignación presupuestal de casi 217 millones de pesos para el Foremoba, lo que no coincide con los importes asentados por Conaculta. Hay incertidumbre sobre el destino de más de 25 millones de pesos. Además del Fondo, Conaculta dispone de un Programa Operativo Anual (POA), pero sólo se enfoca al mantenimiento de los monumentos más emblemáticos del país, como Basílica de Guadalupe o Catedral Metropolitana, a la cual —por ejemplo— se le asignaron 2 millones de pesos en 2014. TRAQUETEADOS. Con arcas vacías, construcciones de valía arquitectónica, cultural e histórica se mantienen en el abandono o en lenta espera, como el Templo de San Miguel Arcángel en Zitácuaro, Michoacán, cuyo frontispicio se desmoronó en mayo de 2012 y desde entonces se han generalizado los desprendimientos. “Las autoridades son indiferentes, sólo dicen que tengamos cuidado”, refiere el jefe de tenencia Humberto Ontiveros. En situación similar de desamparo, entre andamios y cintas preventivas, sostenidas apenas por puntales y tablones, se encuentran la Catedral de Santa María de la Asunción, en Chilpancingo, donde se instaló el Primer Congreso de Anáhuac y José María Morelos expuso los Sentimientos de la Nación, inspiración de la Independencia de México… O la iglesia de San Antonio de Padua en Izamal, Yucatán, atracción peninsular por su atrio: el más grande del mundo después de la Plaza de San Pedro en el Vaticano. “Es necesario equilibrar gastos: menos para aplausos y más para edificaciones que son parte de la historia y de la riqueza futura; el turismo no quiere ver cascarones, sino lugares limpios, iluminados, seguros”, refiere el padre José Hernández Schafler, presidente de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis Primada de México. —¿No tendría que invertir más dinero la Iglesia? —Las comisiones carecemos de presupuesto, sólo gestionamos ayuda. En otros tiempos, cuando la Iglesia poseía tierras, edificios, eso servía para atender este y otros temas. Desde que se nos quitaron las propiedades -Leyes de Reforma- todo depende de lo que la gente pueda dar. El problema es que hay lugares con entradas insuficientes, como los centros históricos, donde no vive nadie. ¿Quiénes van a estas iglesias históricas? Cuatro o cinco viejitas de vecindad que no pueden aportar gran cosa… ni para el pago de servicios. Restaurar cuesta mucho, debe entrar Conaculta. —¿La Iglesia en México es pobre o rica? —Apenas suficiente. Es pobre en los lugares pobres. —¿Y por qué las iglesias de lugares ricos no apoyan a las de lugares pobres? —Existe la comunicación cristiana de bienes: si no tienes, te doy, pero no tenemos los ingresos de la Iglesia de Estados Unidos o de muchos países de Europa, donde los ciudadanos deciden si parte de sus impuestos es destinada o no a estos menesteres. El problema, apunta el padre Ricardo Hernández Tinoco, vocero de la Diócesis de Campeche, “corresponde a las dos autoridades: civiles y eclesiásticas, trabajo en equipo, pero casi en todos los casos el recurso es reducido y los párrocos ¿qué podemos hacer?… Hay algunos muy jóvenes y dinámicos que consiguen donativos, otros ya estamos muy traqueteados”. El asunto se agrava, coinciden los clérigos, si se trata de templos sin sacerdotes, cuya fascinación se limita a días de fiesta patronal, como la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en Campeche, que en tiempos sin cohetones ni banda se reduce a una estancia de esqueletos: ratas, ratones y otros animales silvestres devorados por lechuzas… O aquellos que por insuficiencia de espacio fueron desdeñados para expresiones de fe y se transformaron en simples obras de museo. ENFERMEDADES. La Iglesia implora menos desprecio durante las discusiones del presupuesto anual, mientras desde la academia se enciende la alerta… “Si no se invierte en preservar estos monumentos, en unos años ya no se gastan 10 pesos, sino 100. El abandono es uno de los máximos agentes de deterioro. Una enfermedad aparentemente leve provoca efectos tremendos”, afirma el maestro Ilan Vit, de la Escuela Nacional de Restauración y Conservación del INAH. Se sincera de pronto Raúl Delgado, Director de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de Conaculta: “No tenemos recursos para el aparato fino, artístico, decorativo; ni para los ornamentos delicados, algunos retablos pierden su revestimiento de hojas de oro. Ya no podemos reponer todo como quisiéramos, y que brille o luzca como joya. Eso se pospone para tiempos mejores”… PADRINOS. Aunque el INAH opera desde finales de 2008 un Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural Antropológico, Arqueológico e Histórico de México, el cual ronda cada año los mil millones de pesos y en teoría tiene el objetivo de “sufragar gastos de proyectos de investigación, protección y restauración” en estos rubros, argumenta que su labor en torno a monumentos históricos es sólo de directriz normativa, sin inversiones… Sin embargo, de manera selectiva se ha conocido su intervención monetaria en casos como la Iglesia de Santa Catarina, en la delegación Coyoacán del DF; la Iglesia del Carmen, en San Ángel, o el Convento de Santo Domingo en Oaxaca. —Llegan noticias de torres, cúpulas o bóvedas desplomadas, pero la pregunta es: ¿dónde se consigue dinero para arreglarlas? Falta socializar quién interviene y cuándo -dice Rafael Sánchez, presidente de la Junta de Conservación y Protección de Monumentos y Zonas Típicas de Zacatecas. Y en las iglesias continúan las súplicas. Se buscan padrinos… Contrastes Gasto del Foremoba en templos históricos de 2010 a 2015: 170 millones de pesos. Gasto en publicidad del gobierno federal durante el primer semestre de 2015: 656.51 millones de pesos, lo cual representa 164.12 millones de pesos en mes y medio. Presupuesto de la Cámara de Diputados para 2015: 7 mil 339.1 millones de pesos, lo cual representa un gasto diario de 20.38 millones de pesos, es decir, 164 millones de pesos en 8 días. Los datos Templos de 24 estados y el DF fueron beneficiados con recursos del Foremoba de 2010 a 2014. No se registraron aportaciones en Baja California Norte, Coahuila, Colima, Nuevo León, Quintana Roo, Sinaloa y Tabasco. Los apoyos son anuales, hasta por 500 mil pesos a cada iglesia seleccionada. De los 491 proyectos respaldados por el Foremoba de 2010 a 2014, 384 fueron templos católicos, mientras que 107 correspondieron a otros monumentos históricos como antiguos hospitales, estaciones de ferrocarril o aduanas marítimas; patios, puentes y casas reales; garitas, museos y baluartes. Templos beneficiados por estado de 2010 a 2014* Oaxaca: 61 Puebla: 44 Guanajuato: 43 Morelos: 24 Jalisco: 24 Edomex: 22 Zacatecas: 21 Tlaxcala: 20 DF: 18 Veracruz: 16 Querétaro: 16 Chihuahua: 14 Michoacán: 12 Hidalgo: 12 San Luis Potosí: 8 Guerrero: 6 Yucatán: 6 Aguascalientes: 5 Nayarit: 3 Tamaulipas: 2 Baja California: 2 Campeche: 2 Sonora: 1 Chiapas: 1 Durango: 1 TOTAL: 384 *Fuente: Conaculta

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