viernes, 7 de agosto de 2015
Liberan a indígena detenido por llamarse igual que un criminal
PROCESO Un juez penal ordenó la libertad del indígena zoque Víctor Hernández Gómes, preso desde hace 17 meses por llamarse igual que un homicida.
Luego de la que la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) se desistió de la acción penal por no haber delito que perseguir, la defensora Francelia Estrada Valdez advirtió que demandará la reparación del daño y una disculpa pública para su cliente.
Víctor Hernández Gómes no habla español, su lengua materna es el zoque, pero por vergüenza simula entender lo que le dicen y a todo responde que sí. Por ese motivo, no es de extrañar que en febrero de 2014 aceptara su participación en el homicidio de Raquel Guillén Santiago, acribillado en 2001 en la comunidad Ocotal Maravillas, del municipio de Villa Corzo.
Los primos de la víctima, Fredy Guillén Tamayo y Octavio Guillén Ruiz, únicos testigos del crimen, denunciaron antes las autoridades judiciales a Víctor Hernández Gómez como responsable del homicidio.
En ese entonces, el indígena zoque trabajaba en el campo, en una comunidad indígena del municipio de Ocotepec, a unos 250 kilómetros de donde ocurrió el crimen.
Agobiado por la extrema pobreza en que vivía con su familia, decidió partir a Oaxaca en busca de trabajo. Deambulando por las calles de esa entidad, Hernández Gómes fue reportado por unos vecinos que lo confundieron con un delincuente.
En la lista de fugitivos de Chiapas, la policía oaxaqueña encontró el nombre de Víctor Hernández Gómez, detuvo al indígena y lo puso a disposición de la PGJ de Chiapas.
En Ocotepec, el padre del acusado vendió todo lo que pudo para pagar a un abogado, quien presentó, entre otros documentos, la credencial para votar expedida por el Instituto Federal Electoral en 199; una copia certificada del acta de nacimiento donde se comprueba el nombre, lugar de nacimiento y nombre de los progenitores del indígena zoque, y una constancia expedida por el alcalde del municipio en la que se acredita que aquel se ha conducido de manera honorable en su comunidad.
La PGJE no hizo trabajo de investigación para verificar la identidad del acusado y lo puso a disposición del juez penal, quien inició el juicio y le dio ocho años de prisión.
Víctor Hernández Gómes no sabía por qué lo habían detenido, ni siquiera entendía la palabra homicida, hasta que sus compañeros de celda le explicaron. Sorprendido, negó que hubiera participado en algún crimen.
El caso se conoció públicamente cuando la abogada Francelia Estrada Valdez retomó la defensa del indígena, exhibió las irregularidades del caso e impugnó la sentencia condenatoria de ocho años. El juicio se repuso, pero el acusado siguió en prisión.
Tras la denuncia pública, la PGJE, ahora sí, inició la indagatoria y finalmente se desistió de la acción penal al admitir que el verdadero homicida no es Víctor Hernández Gómes, sino Víctor Manuel Hernández Gómez, con “z”, originario de Villacorzo y quien al parecer se encuentra en Estados Unidos.
La abogada destacó que el siguiente paso es la exigencia de que se repare el daño causado al indígena, no sólo en la parte económica, sino también que él y su familia reciban tratamiento psicológico.
Como un segundo punto, agregó, solicitará una disculpa pública en Ocotepec, porque Víctor quedó estigmatizado como homicida, y en su comunidad es muy importante el prestigio y el honor.
Por error y omisión lo mantuvieron privado de su libertad injustamente y eso no le permitió cumplir con sus obligaciones de proveedor de su familia, poniendo en riesgo los derechos de sus hijos (alimentación, salud, educación y vivienda), además de que vulneraron gravemente sus derechos humanos, sostuvo la abogada.
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