lunes, 21 de septiembre de 2015

A tres décadas del despertar ciudadano


Por Arlen Jaime Merlos 

El pasado 19 de septiembre se cumplieron tres décadas del mayor desastre en la historia de México, un sismo de 8.1 grados en la escala de Richter, según el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), arrebató la vida de miles de personas; la cifra oficial fue de 3,000 muertos, sin embargo, se hablaron de más de 10,000. La fuerza del sismo desnudó la corrupción a muchos proyectos de construcción y la nula planificación urbana de la Ciudad de México. Fue así como construcciones de la segunda mitad del Siglo XX, como los multifamiliares de Tlatelolco, hospitales y edificios de gobierno, mostraron no contar con la estructura para resistir temblores. Ese mismo día el mensaje del Presidente de la República, Miguel de la Madrid Hurtado fue en el sentido de que los mexicanos estábamos preparados para atender esa situación sin necesidad de recurrir a ayuda externa, agradeciendo las buenas intenciones pero que México era autosuficiente; sin embargo, la capacidad de respuesta de las autoridades fue rebasada y ante la inmovilidad del gobierno para actuar con prontitud ante la tragedia, surgió la movilización de la sociedad civil. Un día después y tras un nuevo sismo, el Presidente reconoció que la tragedia había rebasado los esfuerzos del Gobierno Federal. Durante las primeras horas posteriores al sismo, la sociedad civil se desbordó a las calles en ayuda de los afectados y fue así como se organizaron en brigadas de rescate para sacar de entre los escombros a quienes habían quedado atrapados por los derrumbes, marcando en la historia ese 19 de septiembre, el día en que los ciudadanos tomaron la capital del país. Días después inició la presión de los ciudadanos agrupados en distintas organizaciones en demanda de programas de reconstrucción popular y reinstalación de servicios públicos. Fue a partir de ese suceso histórico que surgió un despertar de conciencias, es decir, representó un despertar ciudadano, quienes a partir de ese momento tomarían una mayor participación en la vida social y política del país. A 30 años del sismo que cimbró la estructura de la Ciudad de México, tras un vacío de la autoridad y que aún así supo reponerse a la catástrofe debido a la organización ciudadana, hoy es posible el renacimiento de la sociedad civil, tras los graves problemas que lastiman y aquejan al país, como la corrupción, la inseguridad o las violaciones graves a los derechos humanos.

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