martes, 1 de septiembre de 2015
Demandan en Naucalpan aplicar auditoria de fondo al IMCA
• Grupos culturales y productores del arte piden a la titular del instituto rendir cuentas de los recursos públicos que ingresan por la contraprestación de instalaciones patrimonio municipal y sus destinos.
• Recriminan que el Teatro Bicentenario sea utilizado para fiestas y eventos privados
Por Mario Ruiz Hernández
Ante la falta de transparencia en el ejercicio público, colectivos culturales de Naucalpan, denunciaron se aplique una auditoria de fondo al Instituto Municipal justamente de la Cultura y Las Artes (IMCA).
Lo anterior, debido a que en numerosos casos las sospechas de los gravámenes o recursos públicos por la contraprestación de espacios, no se sabe a ciencia cierta a dónde van a parar.
Asimismo, las quejas incluso van igual en las Casas de Cultura del Naucalli, Chimalpa o el Ágora, en la que en las diferentes actividades completamente tienen un costo y/o carga tributaria.
De hecho, trascendió que en los distintos talleres como danza folclórica, ballet y Teatro, entre otros, además de los cursos de verano en el que el último-2015- logró un cobro por persona de hasta un mil, 650 pesos.
Aunado a ello, los múltiples eventos que se realizan durante el año al interior de esos espacios, en tanto la importante derrama económica por la concesión de espectáculos a particulares, sobre todo en “El Teatro Bicentenario”.
Sumado, a la presumible recaudación, en efectivo o en especie de hasta 9 mil pesos, por precisamente facilitar el lugar para algún taller o evento, en la que la servidora pública, Liliana Magali Montoya Aguilar, logró establecer distintas tarifas, en el actual periodo de gobierno.
Así también, el reproche contra la directora del IMCA, Dolores Oliver Rodríguez, quien entre otras cosas, utiliza “El Teatro Bicentenario” para convivios personales y reuniones privadas, dentro de las mismas, en compañía de jóvenes de danza y algún otro grupo adscrito al instituto, en la que permite fumar e ingerir presumiblemente bebidas alcohólicas.
Por otra parte, expusieron de los variados eventos artísticos, los ingresos de la cafetería, las ferias artesanales o muestras de carácter regional en el Parque Revolución que se prolongan por mucho tiempo.
Las cuotas de recuperación para instrumental, vestuarios, y demás artículos propios de los grupos culturales que dirige, a la vez de depósitos a cuentas bancarias y personales de alguien para poder ser productor de arte, ya sea en la música, la danza o el teatro.
En otro orden de ideas, exigieron a la alcaldesa, Claudia Oyoque Ortíz, tome cartas en el asunto, pero también, pueden coincidir en la reintegración del Consejo Municipal para la Cultura y Las Artes de Naucalpan, órgano representativo de productores y, quienes en sus manos tengan la real oportunidad de dictar las políticas culturales y no se presente la improvisación y las ocurrencias.
Finalmente, replantear el IMCA a un mañana, al futuro con visión de Estado, y no en la observancia de los intereses personales, a propósito de invertir talento, creatividad y recursos en la recuperación de los espacios culturales, los teatros cerrados y al aire libre, entre una infinidad de lineas de acción a ejecutar.
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