miércoles, 7 de octubre de 2015

La realidad de los derechos humanos en México, omisión o transformación

Por Arlen Jaime Merlos A la mitad del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, México atraviesa la peor crisis de derechos humanos de su historia, reconocido así por diversos organismos internacionales y lo que sin lugar a dudas, ha colocado a nuestro país frente a los reflectores de la prensa internacional; sin embargo, el Estado mexicano se ha negado a reconocer el grave problema que enfrenta, minimizando así tal situación. Es entonces que preocupa el esfuerzo del gobierno mexicano por poner en tela de juicio observaciones, informes y recomendaciones de organismos internacionales que forman parte del sistema interamericano de derechos humanos y que han abierto prácticamente la caja de Pandora sobre la crisis humanitaria que se vive en el país. Se debe entender que no son momentos de crear cortinas de humo a la realidad que se está viviendo, las descalificaciones de este gobierno al informe preliminar elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la grave crisis que se vive en México en materia de derechos humanos, solo demuestran la ineficacia para solucionar conflictos como los que ocurren en el país. Y entonces la interrogante es ¿Cómo solucionar un problema, si no se reconoce que existe el problema? He aquí el principal obstáculo al que los ciudadanos nos enfrentamos. Evidentemente al no reconocer la crisis en materia de derechos humanos que se vive en el país, la situación se complica aún más. No debemos olvidar que en los últimos meses se ha mostrado un retrato claro de las violaciones graves de derechos humanos en el país y lo que prácticamente anula los grandes avances que se habían logrado por grandes reformas constitucionales en la materia. Frente a esto, surge la necesidad de abrir un debate puntual y profundo ante tal situación y ante el clamor social de una estricta vigencia de los derechos humanos y en donde se profundice el valor que tienen en un sistema constitucional como el nuestro. Este momento es crucial y representa una coyuntura que tenemos los ciudadanos para exigir un cambio significativo y sustancial ante la falta de credibilidad y confianza en las instituciones pero sobre todo ante un Estado que ha fracasado en garantizar el respeto estos derechos. Es entonces que se debe discutir abiertamente y deliberar seriamente la grave crisis que enfrenta el país. La empatía social no es un tema menor como tampoco lo es la realidad de los derechos humanos en México.

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