sábado, 13 de febrero de 2016

Alcanza madurez política conflicto entre sindicato y alcaldía de Naucalpan

En la resolución última entre ambas partes, quienes en verdad ganan son los ciudadanos, al ver que la recolección de la basura empieza a normalizarse. Superan estado de crisis a través del diálogo, pese a que aún y hay otros pendientes que atender en materia de servicios públicos básicos.
Por Mario Ruiz Hernández Del conflicto en el tema del traslado, recolección y destinos final de la basura en el municipio y que mantuvo por alrededor de quince días las cosas tensadas entre sindicato y alcaldía, hasta llegar relativamente a su conclusión, el que verdaderamente gana es Naucalpan. Evidentemente que, como cualquier movimiento social, la situación alcanzó su estado natural de crisis, que llevó a ambas partes a replantear posiciones y en ello darle salida al conflicto. En sus estires y aflojas, fue claro que prevalecieron discursos en ocasiones cargados de rabiatas, odios y resentimientos puros, pero que al final a través del diálogo fue superado el problema. Bajo esa lógica, creo prudente dejar a la reflexión y en la retrospectiva que nos ocupa, esa parte que pocos entienden, que el poder público es tan efímero, como el minuto que pasa. Hoy Naucalpan da ejemplo de madurez política, de entendimiento entre el Sindicato Único de Trabajadores y Municipios (SUTEyM), y el gobierno local, pese a que no todo sea del mismo lado. Sin embargo, habrá más asuntos que tratar en lo sucesivo, honrar los acuerdos, esos notables pactos y sobre todo asumir los compromisos con la sociedad en la dotación de servicios básicos, que es lo que más importa. No nos confundamos, nadie es más o menos, “nadie dobló a nadie”, y veámoslo desde una perspectiva objetiva, sin colores políticos y sin esos conceptos “Talibanescos” de rehenes. Por ello, inferir que al interior de la gerencia no hay vencedores y vencidos, y eso sí, la ciudadanía no tiene por qué ser afectada de las diferencias generadas entre éstos ente públicos. Es cuestión también del cristal que se quiera mirar-NAUCALPAN ES MÁS…- es más que una estructura de gobierno, somos más del millón de habitantes que día a día demandamos un lugar más digno donde vivir, cohabitar, hacer comunidad y construir el presente y futuro de nuestros hijos, y no podemos ser indiferentes. Las calles esperan, hay un rezago que normalizar en relación a las poco más de 800 toneladas de basura que se recolectan diario en el municipio, estabilizar pendientes y superar el estado de emergencia ecológico que se acredita por no contar con un confinamiento. Por otra parte, y que tampoco es menor el capítulo, son los servicios públicos que debe garantizar el estado, la seguridad ciudadana, y que no ha sido posible reducir el elevado índice delictivo actual. Asimismo, sostenemos indistintos conflictos en materia de desarrollo, movilidad y saturación urbana que suenan imposibles solucionar a consecuencia de la progresión. El renglón del agua, la falta de infraestructura hidráulica, bacheo, cuidado y protección del medio ambiente; el aumento de los centros de vicio; bares, chelerías y otras locuras. En resumen, hay todavía que hacer más y más por Naucalpan, y si en realidad aspiramos a un mejor destino, definitivamente la salida es la reconciliación municipal, que transitar durante los próximos tres años en medio de indigestas confrontaciones que a nadie benefician.

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