jueves, 21 de abril de 2016

El ejército, historias del pasado, historias de hoy

* Repensar a las fuerzas armadas. * Un llamado a combatir infiltraciones y traiciones. * Evitar su papel de fuerza policiaca.
"La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será". Eduardo Galeano Por Carlos Monroy Hermosillo Toluca, Estado de México a 21 de abril del 2016.-Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, ofreció una "sentida disculpa" a los ciudadanos y familiares agraviados por actos de tortura en el estado de Guerrero cometidos el año pasado por soldados y exhibidos en redes sociales hasta hacerse virales. El General dijo: "Cumplir con nuestras obligaciones en un mandato que por ningún motivo implica o justifica actos ilegales de deshonor o de indisciplina. Les reitero: ningún soldado en este país puede consentir en nuestras filas a quienes atenten contra la vida, la dignidad, la seguridad, la integridad y el patrimonio de los mexicano(a)s". Cienfuegos aseveró que "la delincuencia se contiene con la ley en la mano, con la ley en la mano de todos, de todos los que tenemos esta alta responsabilidad", e invitó a denunciar cualquier acto ajeno a la ley y sobre todo denunciar violaciones a los derechos humanos, como obligación ética y moral de los miembros de las fuerzas armadas. "No tengan duda: seguiremos coadyuvando en el ámbito de la seguridad pública...". La propia secretaría de Gobernación manifiesta que el gobierno será intolerante con los actos de tortura. ¿Cuántas veces y durante cuántos años hemos escuchado discursos similares? La serie de violaciones a los derechos humanos en los que han incurrido militares obliga a repensar su actuación y sentir a la nación patrióticamente, pues como en su momento dijo Adolfo Hitler "un ejército falto de espíritu nacional, queda eternamente reducido a la condición de una fuerza de policía que no representa una fuerza capaz de enfrentarse con el enemigo". Hoy por hoy, la situación de violencia que priva en gran parte del territorio nacional le ha concedido a las fuerzas armadas el derecho a actuar y tener mayor influencia en la actividad política, además del manejo de mayores recursos financieros, pero también, al salir de sus cuarteles, a combatir a peligrosos enemigos internos, a ser infiltradas, muchos de sus miembros corrompidos, engañados e incluso ser traicionados, como ocurrió (no lo dudo), durante el movimiento estudiantil del 68. Pero donde también ha sido muy cuestionado su proceder durante la guerra sucia de los setentas, y en la actualidad en los casos Tlatlaya y Ayotzinapa, que al ser involucrados con las actuaciones de autoridades civiles, no los han dejado bien parados. La historia habla por sí misma. En "Las Venas Abiertas de América Latina", Eduardo Galeano expresa: "La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que es.

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