lunes, 17 de abril de 2017
Al no poder salvar niños en Siria, un fotógrafo rompió en llanto
El fotógrafo, Abd Alkader Habak, trabaja en Siria y es por eso que a diario se expone a situaciones difíciles de sobrellevar. Pero la última, fue quizá la más dura.
Habak estuvo presente, cuando una bomba en un convoy de autobuses en Alepo explotó, y murieron al menos 126 personas, cifra que lo convierte en el peor ataque de este tipo ocurrido en Siria en casi un año, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El fotógrafo se encontraba trabajando, cuando vio morir a más de 60 niños. De los cuales quiso rescatar a varios. No fue el único, pues sus colegas también lo intentaron. Las imágenes que logró capturar, son la prueba irrefutable.
Como también la foto en la que aparece él, de pelo largo y vestimenta oscura, que ante el fracaso de la misión, quedó de rodillas y sin consuelo, llorando, anonado por la tragedia.
"Lo que mis colegas y yo hemos hecho hoy, es inspirar humanidad en los socios de quienes matan niños como los de Khan Sheikhan", dijo el reportero gráfico en las redes sociales, según lo publicado por el diario The Huffington Post.
El sábado, la explosión impactó contra varios autobuses que transportaban a residentes chiíes, que intentaban pasar de territorio rebelde al controlado por el gobierno, en el marco de un acuerdo de evacuación entre los bandos en conflicto.
Los muertos son en su mayoría residentes de las aldeas de Al-Foua y Kefraya, en la provincia de Idlib, pero entre ellos también había combatientes rebeldes que protegían el convoy, dijo el Observatorio. No hubo reivindicación inmediata del atentado, que según medios próximos a Damasco, fue perpetrado por un atacante suicida con un vehículo.
La principal facción armada de la oposición, condenó el atentado a que grupos que luchan bajo la bandera del Ejército Libre de Siria, tacharon de "ataque terrorista traicionero".
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