Tala clandestina en la zona sur del Estado de México deteriora los bancos de agua

Comunidades como El Varal, La Guacamaya, Manzanas de Jabalí, del municipio de Temascaltepec, así como Las Lágrimas, Palo Amarillo, El Angostadero, del municipio de Texcaltitlán, y la parte alta colindando con el municipio de Michoacán en Villa de Allende, son las regiones donde se presenta mayor deterioro de las zonas boscosas, debido a la falta de coordinación de las instancias federales, tanto de seguridad como de protección al ambiente,
Ante la falta de elementos y coordinación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), no se le hace frente a este ilícito y camiones cargados de madera y camionetas venden y trasladan troncos de árboles ante la complacencia de las autoridades en turno, pasando a cualquier hora sobre las carreteras de la Puerta Sultepec, Toluca-Monumento y la carretera Toluca-Tejupilco que no revisa, ni detiene ningún cargamento.
Hectáreas completas de árboles de la clase pino, cedro, oyamel y ocotes, son talados y comercializados de forma indiscriminada, haciendo común el traslado de miles de metros cuadrados de madera, que de manera cotidiana pasan por las carreteras con dirección a la Cuidad de Toluca.
Habitantes de las diferentes comunidades se suman a esta actividad clandestina tirando y cortando árboles, para su uso como combustible para hacer frente a las bajas temperaturas que se registran en estas zonas cercanas al Nevado de Toluca.
De acuerdo a vecinos de éstas áreas, los bosques han sufrido en estos últimos cinco años la mayor deforestación de árboles, a esto se suma la falta de acciones de vigilancia para frenar la tala clandestina y la nula respuesta de las autoridades en turno, para realizar brigadas de reforestación de estos bosques que por años se han convertido en bancos de agua y de esta forma sigan favoreciendo la dotación de éste, considerado como elemento más importante para vivir.