Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 15 de agosto 2018.- En realidad que, las modificaciones al Reglamento Orgánico de la Administración Municipal, tan cacareado por este gobierno la verdad, no funcionó.
Vamos, en el nivel operativo, siempre y en todo momento existió una duplicidad de actividades que al final, nadie sabía ni qué onda y sobre todo en el tema de las atribuciones. ?
Al secretario del ayuntamiento, tanto le restaron indefinidad de facultades y dejó de ser hasta hace unos días, el responsable de la política municipal y “el hombre de poder”, después del alcalde.
Pero también, y en ese ejercicio reglamentario el concederle a otras área de la gerencia, actuar en el exceso a partir de la tesorería u en “La Súper Secretaria de Innovación Gubernamental” que, primero la aprueban y después mutan el estatuto orgánico para darle facultades.
Desde precisamente la tesorería, con, Iván Arturo Rodríguez Rivera, el control total de los dineros en diversas dependencia y directamente en el área de normatividad comercial y otras.
Aunado, a ese departamento de verificaciones y clausuras altamente cuestionado por prestadores del comercio y los servicios, en el que hay que ir subsanado las desproporciones.
A ser honestos, y en ésta etapa del acalde Víctor Gálvez Astorga, todo ha llegado a tope y urge replantear las cosas si pretender entregar buenas cuentas y evitar mayores daños a la hacienda.
En ese orden, entender además, en este gobierno de la continuidad de Olvera que está transitando, contrastar la diferencia, y desmarcarse de las acusaciones del presunto “saqueo” que pesa y es de voluntad y conciencia.
Asear pues, el aparato de gobierno y esas dependencias en crisis de credibilidad y confianza, como protección civil, desarrollo urbano y la misma área justamente de normatividad comercial.
Por otra parte, dentro de la estructura justamente orgánica de gobierno, retomar quizá y el modelo antiguo de administración, rompiendo con esos brutales esquemas de control.
De hecho, a las modificaciones de un Reglamento Orgánico que sirvió ya lo decía, exclusivamente para mantener y conservar el poder dentro de la gerencia, que en la eficacia y los resultados.
Dentro de los familiares, parientes y “amigos” del alcalde, actuar como tales, en esa total vocación de servicio que la ciudadana demanda y abstenerse por Naucalpan, del “Año de Hidalgo”.
El tema es serio, y debe quedarles claro a funcionarios municipales de reciente incorporación y de alto nivel, que la mejor manera de contribuir al saneamiento público, es obviar la tentación.
Finalmente, en las modificaciones y reestructuración otra vez del marco normativo y reglamentario, hacer que las cosas cambien, y que antes de realizar una nueva disposición, suscribirla a la actualidad, en la eficiencia y los resultados a favor del ciudadano.
NAUCALPAN, Méx., a 15 de agosto 2018.- En realidad que, las modificaciones al Reglamento Orgánico de la Administración Municipal, tan cacareado por este gobierno la verdad, no funcionó.
Vamos, en el nivel operativo, siempre y en todo momento existió una duplicidad de actividades que al final, nadie sabía ni qué onda y sobre todo en el tema de las atribuciones. ?
Al secretario del ayuntamiento, tanto le restaron indefinidad de facultades y dejó de ser hasta hace unos días, el responsable de la política municipal y “el hombre de poder”, después del alcalde.
Pero también, y en ese ejercicio reglamentario el concederle a otras área de la gerencia, actuar en el exceso a partir de la tesorería u en “La Súper Secretaria de Innovación Gubernamental” que, primero la aprueban y después mutan el estatuto orgánico para darle facultades.
Desde precisamente la tesorería, con, Iván Arturo Rodríguez Rivera, el control total de los dineros en diversas dependencia y directamente en el área de normatividad comercial y otras.
Aunado, a ese departamento de verificaciones y clausuras altamente cuestionado por prestadores del comercio y los servicios, en el que hay que ir subsanado las desproporciones.
A ser honestos, y en ésta etapa del acalde Víctor Gálvez Astorga, todo ha llegado a tope y urge replantear las cosas si pretender entregar buenas cuentas y evitar mayores daños a la hacienda.
En ese orden, entender además, en este gobierno de la continuidad de Olvera que está transitando, contrastar la diferencia, y desmarcarse de las acusaciones del presunto “saqueo” que pesa y es de voluntad y conciencia.
Asear pues, el aparato de gobierno y esas dependencias en crisis de credibilidad y confianza, como protección civil, desarrollo urbano y la misma área justamente de normatividad comercial.
Por otra parte, dentro de la estructura justamente orgánica de gobierno, retomar quizá y el modelo antiguo de administración, rompiendo con esos brutales esquemas de control.
De hecho, a las modificaciones de un Reglamento Orgánico que sirvió ya lo decía, exclusivamente para mantener y conservar el poder dentro de la gerencia, que en la eficacia y los resultados.
Dentro de los familiares, parientes y “amigos” del alcalde, actuar como tales, en esa total vocación de servicio que la ciudadana demanda y abstenerse por Naucalpan, del “Año de Hidalgo”.
El tema es serio, y debe quedarles claro a funcionarios municipales de reciente incorporación y de alto nivel, que la mejor manera de contribuir al saneamiento público, es obviar la tentación.
Finalmente, en las modificaciones y reestructuración otra vez del marco normativo y reglamentario, hacer que las cosas cambien, y que antes de realizar una nueva disposición, suscribirla a la actualidad, en la eficiencia y los resultados a favor del ciudadano.
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