• En su comparecencia a puerta cerrada, en la presumible simulación de la rendición de cuentas, la mayoría del órgano de gobierno lo elogió a más no poder.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 17 de mayo del 2019.- Ediles de esta localidad, ratificaron prácticamente en el cargo, al “Súper Secretario Municipal de Gobierno”.
Lo anterior, en su comparecencia obviamente “a puerta cerrada”, en la que quiere decir que tendremos aquí en Naucalpan, a Manuel Espino Barrientos, por un largo tiempo.
En los trascendidos, dícese que más que uno que otro síndico y regidor elogiaron “su genial desempeño” (sic), en un proceso casi casi de entrega “al Jefe Espino”.
Pero lo peor, en esa reunión de “cuates”, el atreverse a glorificarlo según por la baja de los índices delictivos, cuando “el pueblo sabio y conocedor”, está “Hasta la Madre” del alto nivel del crimen.
No es casual o quizá suene a casuístico, en la antesala de su comparecencia-sumamente “planchadita y presunta y onerosamente cabildeada”, el descubrimiento de 2 narcomantas.
Una de ellas, sobre el puente peatonal que cruza periférico, con dirección al sur y otra que estaba en las escaleras junto con una cabeza de cochino dentro de una bolsa negra encintada.
De las leyendas, la confirmación de la guerra territorial entre los grupos y “de los dueño de esta plaza que no está en venta.
Por otra parte, y si alguien todavía insiste que la elevada inseguridad y el brutal índice de violencia que arrastra Naucalpan es cuestión de percepción, habrá que preguntar a familiares del registro de los 98 homicidios dolosos alcanzados la madrugada de ayer jueves.
Aunado a los sistemáticos asaltos a sucursales bancarias, negocios, a casa-habitación, el robo de autos y llantas.
En otro orden, el qué pensar del fortalecimiento de Manuel Espino Barrientos, y dejarle como desde un principio del gobierno neomorenista, una serie de excesos, en facultades y atribuciones.
Es decir, con la anuencia del órgano de gobierno y/o ayuntamiento, elevarlo al más alto nivel de la gerencia, después de la alcaldesa, Patricia Elisa Durán Reveles.
Resaltar también antes de todo, “el trabajo quirúrgico” que hizo sorprendentemente enmudecer a ciertos ediles que previsiblemente venían a enfrenar al Duranguense con todo, y no pasó nada.
De lo que ocupa, en los indicadores del desempeño si es que los establecieron o saben qué es eso, la evaluación a su trabajo que no se ve “su mano”, debido a que esto a cinco meses no arranca.
En tal lógica, en los programas de obras y servicios, la vinculación ciudadana, y el buen gobierno en las áreas de oportunidad más críticas como seguridad, movilidad y vía pública.
Resumir la brutal progresión del comercio callejero, en San Bartolo como en otros centros urbanos, el crecimiento hormiga en asentamientos irregulares en Lomas Verdes IV sección y otros polígonos.
Lo anterior, en su comparecencia obviamente “a puerta cerrada”, en la que quiere decir que tendremos aquí en Naucalpan, a Manuel Espino Barrientos, por un largo tiempo.
En los trascendidos, dícese que más que uno que otro síndico y regidor elogiaron “su genial desempeño” (sic), en un proceso casi casi de entrega “al Jefe Espino”.
Pero lo peor, en esa reunión de “cuates”, el atreverse a glorificarlo según por la baja de los índices delictivos, cuando “el pueblo sabio y conocedor”, está “Hasta la Madre” del alto nivel del crimen.
No es casual o quizá suene a casuístico, en la antesala de su comparecencia-sumamente “planchadita y presunta y onerosamente cabildeada”, el descubrimiento de 2 narcomantas.
Una de ellas, sobre el puente peatonal que cruza periférico, con dirección al sur y otra que estaba en las escaleras junto con una cabeza de cochino dentro de una bolsa negra encintada.
De las leyendas, la confirmación de la guerra territorial entre los grupos y “de los dueño de esta plaza que no está en venta.
Por otra parte, y si alguien todavía insiste que la elevada inseguridad y el brutal índice de violencia que arrastra Naucalpan es cuestión de percepción, habrá que preguntar a familiares del registro de los 98 homicidios dolosos alcanzados la madrugada de ayer jueves.
Aunado a los sistemáticos asaltos a sucursales bancarias, negocios, a casa-habitación, el robo de autos y llantas.
En otro orden, el qué pensar del fortalecimiento de Manuel Espino Barrientos, y dejarle como desde un principio del gobierno neomorenista, una serie de excesos, en facultades y atribuciones.
Es decir, con la anuencia del órgano de gobierno y/o ayuntamiento, elevarlo al más alto nivel de la gerencia, después de la alcaldesa, Patricia Elisa Durán Reveles.
Resaltar también antes de todo, “el trabajo quirúrgico” que hizo sorprendentemente enmudecer a ciertos ediles que previsiblemente venían a enfrenar al Duranguense con todo, y no pasó nada.
De lo que ocupa, en los indicadores del desempeño si es que los establecieron o saben qué es eso, la evaluación a su trabajo que no se ve “su mano”, debido a que esto a cinco meses no arranca.
En tal lógica, en los programas de obras y servicios, la vinculación ciudadana, y el buen gobierno en las áreas de oportunidad más críticas como seguridad, movilidad y vía pública.
Resumir la brutal progresión del comercio callejero, en San Bartolo como en otros centros urbanos, el crecimiento hormiga en asentamientos irregulares en Lomas Verdes IV sección y otros polígonos.
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