• El desafío, revertir los daños ocasionados por el desorden en el espacio público, en ese lugar en donde todos hacemos comunidad y hoy están saturado de todo tipo de intereses.
Por Mario Ruiz HernándezNAUCALPAN Méx., a 12 de mayo del 2019.- En el proyecto a futuro para dar orden al desorden aquí en Naucalpan, es importante una correcta y eficiente urbanización que se traduzca en un adecuado desarrollo social del municipio, y que en este gobierno para nada percibimos.
El reto, es contar con una planeación global efectiva que aproveche espacios y movilidad, además de evitar la progresión no sólo de cinturones de miseria en comunidades, sino en la propia calle, esa en donde a diario caminamos, y nos socializamos.
En ese precisamente espacio, en el que compartimos la vida misma con el otro, con el semejante, y en el que incluso, se da una gran batalla de algún modo, por la supervivencia.
Aspirar igual, a una planeación efectiva -si la hay- que considere infraestructura urbana, seguridad, garantía de acceso a servicios públicos y en general un entorno ideal acorde a las necesidades y exigencias de los habitantes.
Buscar los escenarios y evaluarlos para el cumplimiento con respecto a transporte, movilidad, infraestructura y productividad, equidad, calidad de vida, medio ambiente y gobernanza.
En este contexto, impedir de sobremanera las atmósferas de crisis, de corregir los daños que provocó entre otros, la invasión de tierras, así como en los distintos centros urbanos, las conglomeraciones humanas, y el fastidio por el transporte público, sus derroteros y bases.
Asimismo, la esquizofrénica batalla contra el comercio en la vía pública, que por cierto, éste sigue “sin pedo alguno” saturando las avenidas y calles, en el Naucalpan centro-San Bartolo- Ciudad Satélite y Tecamachalco, entre otros lugares vulnerables a la vendimia.
Tan sólo en la cabecera municipal-se tiene un padrón de poco más de dos mil 500 detallista callejeros que, pelean a muerte –según su espacio, su piso-que no es de ellos, y todavía facilitado por la autoridad local al conceder concesiones a líderes y dirigentes del ambulantaje.
La completa locura, al adecuarse en tan lamentables entornos, en el que también, los índices de la comisión del delito son demasiados altos. Hay violencia, sangre y tragedia.
Datos más o menos, dan cuenta que el comercio informal en la demarcación se realiza a través de los 17 mil 187 vendedores, agrupados en 89 tianguis, los cuales ocupan temporalmente las calles y vialidades, y existen algunos que llegaron para quedarse.
Insisto, el superar los desafíos de quizá ese mal endémico, al que nadie le quiere entrar y que sistemáticamente en su área de normatividad comercial, cambian las figuras, pero no-las formas y el modelo de putrefacción en el que se sostienen-
Es pues en síntesis, el momento de readecuar los espacios urbanos, de reubicar lo que se tenga que reubicar, recuperar la calle, de darle viabilidad, ponerlos al servicio de la sociedad
Lo anterior, y para cuando menos, contar con un centro de población estratégico-SAN BARTOLO-que sea el gran modelo de ciudad en el que se sueña, sin más mugre, olores fétidos “a orines, a mierda”.
Así también de smog, aseado, limpio, en el que se pueda transitar libremente y alcanzar el nivel de prosperidad humana, para priorizar la inversión pública y las políticas de desarrollo urbano, de lo contrario, seguiremos en la mediocridad gubernamental y la frustración social.
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