Por Mario Ruiz Hernández
TLALNEPANTLA, Méx., a 19 de febrero del 2020.-Del Tlalnepantla que proyecta el establecimiento de territorios de paz, en sus amplios y complejos centros Urbanos, es importante como hoy la estrategia. La iniciativa proyectada por el alcalde, Raciel Pérez Cruz, encuentra entre otras realidades, la promoción justamente territorial para el ejercicio efectivo de los derechos culturales de las personas que viven en comunidades en condiciones de vulnerabilidad social o contextos de violencia. El trabajo es complejo, derivado de los diversos escenarios que presenta Tlalnepantla, “Nuestra Ciudad”, para la operación de los territorios de Paz en la gestión cultural e innovación social. En ese orden, hay un propósito, un ideal de crear una y diversas redes ciudadanas, operar desde el corazón mismo donde se genera la violencia y recuperar el arraigo -social y familiar. Entre los otros proyectos alternos de seguridad pública, habrá que ir a la sociedad además a recuperar los lazos que indican la pertenencia al territorio y al tejido social que sobre él se construye. La dinámica de violencia y la alta inseguridad que se viene arrastrando han generado los desarraigos sociales y culturales que hoy habrá que intentar remediar en los territorios. El derecho fundamental a la paz y a la armonía social, es ineludible, y más aún en este nuevo paradigma en el ejercicio de gobierno, el cual requiere de la participación ciudadana. De igual manera, el cambiar formatos, actitudes, modelos inadecuados como lo son los procesos de impunidad y corrupción incluso en autoridades municipales. Así también, de las personas encargadas de la seguridad Ciudadana, que cierto lo es, muchos no han entendido los nuevos tiempos del mandato popular. Lo importante en estos momentos, es dejar atrás la polarización constante y apostar en este tema con el fin de construir este ideal desde la cotidianidad. En otro orden de ideas, es el dar ejemplo que se puede construir paz hasta en lo más pequeño y de ahí en adelante”, lo mismo en “El Tenayo y San Lucas Tepetlacalco, como en la “Lázaro Cárdenas”. Del mismo modo, en esas demás colonias consideradas de alta incidencia delictiva, el Tlalnepantla Oriente y sus pequeños territorios, empezando a tocar el germen de dónde está la base de la paz”. La realidad que se tiene y que es inocultable, demanda de todo un respaldo a una misión y visión institucional para ir bajando sustancialmente la violencia y esos índices delictivos. El objetivo, participar en la construcción de la paz con democracia integral, para la resolución de los conflictos y superar esos alarmante “focos rojos” del crimen.
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