* La directora de Bibliotecas y Archivo de la Cámara, señaló la importancia de conocer los movimientos culturales que han formado parte de la historia de nuestro país.
Esta semana se inauguró en la Cámara de Diputados, el Programa cultural “100 Años de Estridentismo en México”. La directora de Bibliotecas y Archivo, María Vázquez, destacó que fue uno de los primeros movimientos vanguardistas en México y en América Latina. “Se trató de un parteaguas cultural que introdujo las letras mexicanas en el siglo XX, la narrativa de la modernidad estética y a planteamientos centrales muy específicos” explicó.
Comentó que esta es la primera de cuatro actividades impulsadas por las Secretarías General, y de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados, a través del Espacio Cultural San Lázaro. Agregó que el evento, está organizado por la Coordinación de Servicios de Información, Bibliotecas y Museo, y las Bibliotecas de esta Cámara.
Vázquez detalló que las diversas mesas y ponencias se realizarán entre el 6 y el 9 de diciembre. En la ponencia inaugural “Estridentismo, campo, canon e identidad en la literatura mexicana”, el ensayista y docente-investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Sigifredo Esquivel Marín, explicó que el mismo nombre del movimiento señala que lo que se busca es hacer estridencia, confrontar el orden establecido, un elemento nodal que hace ver que no es una vanguardia muerta, sino que es una corriente que posibilita la emergencia de un campo plural que hace ver que “debemos releer toda la literatura mexicana más allá”.
“Esta visión se rompe con la República de las letras mexicanas con sus jerarcas que establecen una línea de conducción o pase de estafeta contra este orden hegemónico”, indicó Esquivel Marín. Además, mencionó que una de las principales aportaciones en el arte y la literatura en la contemporaneidad es la capacidad que tienen de servir, de ser herramientas sociopolíticas para ampliar la conversación intelectual-cultural.
Dijo que la potencia estridentista reside en la exploración de hacer de la literatura una máquina de guerra que pueda transformar el orden existente, un cuestionamiento y estrategia de subversión de todo lo establecido. Explicó que este movimiento ha ayudado a romper con las nociones de alta y baja cultura y está presente en muchos de los experimentos y ejercicios de escritura del campo literario que hace del juego lingüístico un hilo conductor para que la obra sea un espacio de una indecencia pura frente a la vocación de la pureza quintaesenciada.
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