• Nadie al menos en este momento, se salva de heredar no sólo deuda pública y privada, sino además conflictos de diversa índole.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 17 de mayo del 2022. – Es claro que, Naucalpan necesita avanzar en la solución de sus múltiples problemas de la actualidad y del pasado.
En distintos momentos hemos insistido que la agenda de pendientes es en estos momentos histórica, como su deuda pública y con acreedores, y prestadores de servicios (pasivo privado), y que asciende a más de 3 mil 550 millones de pesos que, a más de un lustro nadie ha podido liquidar.
Al parecer, es más “rentable administra la justamente deuda” que pagarla y lo peor, el infame procedimiento de heredar compromisos y obligaciones a los que entran a gobernar el municipio.
Asimismo, y lo hemos también comunicado, aquí en Naucalpan lo han gobernado priístas, panistas y morenistas y todos y sin excepción han dejado la hacienda “endeuda, devastada y quebrada”.
El gran problema, que nadie asume responsabilidades, y todos igual, la queja sistemática de anclarse al pasado que ya pasó, no vivir su presente y angustiarse por el futuro que aún no llega.
Recordar por si acaso y en las analogías, “El Helicóptero Panista Águila Uno”, adquirido de medio uso como la compra a sobreprecio del Oapas de una “Hidrolavadora morenista de calles” de la marca italiana Duvelo, la cual sólo funcionó 1 mes y que en la pandemia sanitizaban vialidades.
Por otra parte, y los grandes conflictos en los rellenos sanitarios, y los presumibles “blindajes a los confinamientos de desechos y los cambios “tramposos” de razón social de los concesionarios.
Lo anterior, por incumplimiento a la normatividad ambiental y ciertos pagos de derechos a ejidatarios, como las empresas Servicios de Tecnología Ambiental S. A. de C. V. (Setasa), o Biomerick.
Aunado y que, desde hace dos décadas a la fecha, las constantes denuncias de el mal manejo de los desechos, la contaminación ambiental y los lixiviados que llegan a distintos cuerpos de agua.
De verdad que, hay numerosos temas quizá de éxito, pero lamentablemente son más los detalles de los fracasos entre las distintas administraciones municipales de este “Lugar de las Cuatro Casas”.
Nos asiste y lo más inmediato, la falta de recuperación y saneamientos de presas, ríos y arroyos que, siguen demasiado “asquerosos y que huelen a mala madre” y no son de ahora.
Lo mismo ocurre en la tala clandestina en la Sierra de las Cruces, en la parte de Santiago Tepatlaxco y la cordillera a San Francisco Chimalpa, Villa Alpina, y “el Hielo”, entre otras extensas áreas verdes.
En diversas ocasiones y también de años atrás, los fétidos olores a putrefacto, en Avenida Universidad, esquina con Avenida Morelos, en el área de lavaderos del Mercado de la Cabecera.
Naucalpan desde hace más de dos décadas experimenta un impactante crecimiento urbano desmedido, y nadie ha querido tampoco poner orden al desorden en diferentes polígonos ejidales.
La mancha urbana ha venido devorando a nuestros pueblos originarios, y unos de plano están a punto de la extinción como tal, y pasarán a una nueva fisonomía, a una nueva forma de socializarse.
En ello, el cambio incluso de patrones de conducta, de roles de convivencia, en la moda, en la identidad y hasta en la manera de ser y no ser, en el proceso vertiginoso de la transformación de lo rural a lo urbano.
En la educación y la cultura, estamos que da pena ajena, los monumentos arqueológicos y coloniales, en condiciones deplorables, vandalizados y olvidados, y por si fuera cosa menor, alcanzamos un nivel impactante de rezago educativo, aún y con todos los apoyos académicos y de asesoría.
Parece mentira que las personas adultas quieran certificarse al menos en primaria y secundaria que los jóvenes entre los 12 a 16 años, y no superamos para nada esta condición.
Finalmente, y entre otros adeudos sociales, el contribuir a abatir la pobreza extrema, alimentaria y patrimonial, en el que sobreviven muchas personas, sobre todo en las comunidades marginales.
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