• Requerimos volver a la organización y la participación
social a propósito de reconstruir el municipio en todos sus órdenes.
• Es imperativo, además, volver a “confiar en el otro”, en
el diseñar planes conjuntos con el vecino, y no importa de qué ideología sea,
lo que interesa es el sentimiento de comunidad y avanzar en su desarrollo.
Por Mario Ruiz Hernández
Naucalpan, Méx., agosto del 2022.- En definitiva, habrá que
dar un vuelco impresionante al Naucalpan de hoy, para poder lograr su
reconstrucción municipal.
Los agravios en diversos ordenes son demasiados, tanto al
interior de la administración pública como al exterior, y peor cuando hay
personas que los han dejado crecer y estar por encima de la autoridad.
Por todas partes, por todos lados son notables los daños, al
parecer nada cambia, “Es el mismo Infierno con diferente Diablo”, son los
mismos de siempre y los atrasos de igual manera.
El Naucalpan del instante, hay que entenderlo, enfrenta una
situación totalmente complicada, digo, en las finanzas municipales, en la
seguridad pública, en el ambiente medio, en la demanda del agua.
Así también, en vialidades, en la infraestructura de
rodamiento, en las calles destrozadas, en los parques públicos abandonados y
otros ocupados por la delincuencia.
El espacio público en diferentes escenarios aún está en
disputa, es un a lugar para todos, y que no todos lo pueden disfrutan para la
recreación, la difusión de la cultura y el arte.
El municipio llegó a su más alta crisis en distintos
sentidos, padecemos de innumerables pendientes a resarcir y lo hemos citado, en
materia de tenencia de la tierra y la seguridad patrimonial.
La agenda es amplia, sin embargo, creo que los deseos de
todo Naucalpense es salir adelante y recuperar el territorio, el barrio, la
manzana, la acera, en sí, toda la colonia.
En cada sitio, en cada lugar sabemos lo que “padecemos, por
lo que sufrimos y nos tiene en la zozobra, y en diferentes perímetros urbanos,
en el pánico y el miedo”.
Requerimos y creo nos urge, regresar a lo fundamental, a
retomar la comunidad, la organización vecinal, a la participación ciudadana en
los asuntos públicos, a lo que nos atañe a todos.
El volver a “confiar en el otro”, en el diseñar planes
conjuntos con el vecino, y no importa de qué ideología sea, lo que interesa es
el sentimiento de comunidad y avanzar en su desarrollo.
En la colonia, obviar que el de enfrente es tu enemigo
simplemente por pensar diferente, cuando “el barrio” se cae, se está perdiendo
la comunicación y definimos el territorio entre “bandas, entre buenos y malos,
y ahora, entre fifis y chairos”.
Mientras tanto, el registro de los avances y de cuáles, no
lo hay, porque tampoco hay la disposición de emprender nuevamente el amor a la
colonia, porque no todos “son chismosos y mitoteros”.
El sentimiento de pertenencia e identidad al terruño, inicia
con el afecto al lugar en el que se vive, en el que se hace comunidad y se socializa,
pero a la vez, en el que se construye un mejor destino.
El trabajo y la participación comunitaria es fundamental, y
se ha dicho y muchos, que Naucalpan fue “hecho a mano”, con el esfuerzo
ciudadano, con la cooperación social y del gobierno.
Bajo esa lógica, es necesario, retornar a esos grandes
episodios de vida, en la construcción y recuperación de este Naucalpan que
tanta falta le hace ese espíritu de colaboración vecinal.
Finalmente, avanzar en impulsar, fomentar esas ganas y los buenos propósitos, el espíritu de vecindad para poder sacar adelante este Naucalpan: “El Lugar de las Cuatro Casas” …
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