• En el municipio hay una total desconfianza en la certeza jurídica y no hay aún garantías, más de 30 mil familias viven en la zozobra.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 14 de octubre del 2022.- En los últimos días, hemos insistido en el modelo de Ciudad que deseamos para este Naucalpan inmerso en el Silgo XXI, “El Siglo del Urbanismo”.
Un Naucalpan digo, que le urgen una y demasiadas cosas, problemas que se quedaron en el pasado y que ahoramismo están impactando en el presente y seguro en el futuro inmediato.
Conflictos y de entrada, el superar la pobreza patrimonial, la falta de certeza jurídica a propietarios de inmuebles o de lotes, unos consolidados y otros en desarrollo.
Asimismo, y unos más que por ahí andan, todavía en los procesos especulación del suelo urbano, unos más invadidos y otros que de plano “se los adjudicaron”.
La realidad es delicada, y podemos hablar de más de 30 mil familias sin garantías de poseer su patrimonio propio en el municipio.
De igual forma y para no ir tan lejos de esos sorprendentes casos, todo el complejo que ocupa el palacio municipal, asentado en el “otroro Ejido de Santa María Nativitas”.
La superficie, o esa gran parcela que dio paso en los años 60’s a la edificación del poder público municipal, y que nadie ha tenido la voluntad de escriturarlo, y no sea que, algún día alguien los lance.
Es caótico y hasta vergonzante la situación en todo ese lugar y que ocupan desde el Registro Civil, Correos, El Frontón, los tres Teatros, los edificios anexos de regidores y de desarrollo social.
El Lienzo charro que tiene según un comodato, pero fuera de ello, no hay nada claro que todo pase al patrimonio municipal.
Por otra parte, el problema de numerosos predios, o terrenos de mediana y gran extensión, en el que, dicho sea, tienen sus propietarios y la autoridad los ha declarado áreas verdes, afectando a dueños.
Aunado, a las inconsistencias de los Planes de Desarrollo Urbano Municipal (PDUM), el modificado con la señora Patricia Durán, y luego dejarlo insubsistente, y ahora otra vez, estar como estaban antes.
El asunto, que no hay tampoco certeza en los diversos predios y en la nova política Urbana a operar en estos momentos para abatirlos, con seguridad, confianza y sobre todo en el marco de la ley.
Lo anterior, hasta en tanto pueda concretarse el también “Novo PDUM 2022-2024”, y obviar sospechismo como en el caso del impactante complejo urbano a progresar en Ciudad Satélite.
En ello y pues, edificar un centro comercial dentro de otro, pero quizá con más cosas, con oficinas, unas Torres demasiado altas, rompiendo de plano, las densidades y las alturas.
De igual manera el hábitat, alterando los bienes y los servicios, y de manera especial el modelo urbano del fraccionamiento residencial de Ciudad Satélite, más que su zona comercial.
Las afectaciones, además, de mecánica del suelo, debido a que, por la magnitud de la excavación, lo que viene en puerta está bastante “cabrón”, y habrá que ver entre otros, los estudios de impacto ambiental, de riesgo, y en la demanda así de clarito, de agua potable que no la hay del todo.
Así también, los planes estratégicos de movilidad, conectividad y accesibilidad en la de por sí, conflictiva zona comercial en estos momentos, y tanta cosa que exigen al ciudadano común.
En ese sentido y, a esos que hasta les piden plantas tratadoras de aguas residuales o cobro de las mismas en casa-habitación, o en micro negocios, escuelas y hasta en estéticas.
Mientras que, en los grandes complejos, esos multimillonarios, de esos de antes, de los que iniciaron como planes parciales de incorporación territorial, todo es secreto, todo es político y de alta negociación de todo tipo y presumibles “mordidas”, para rebasar el estatus de arranque.
Finalmente, y sin más, mirar los brutales contrastes entre asentamientos humanos, la zona residencial y la popular, con sus pueblos originarios, en que cada día, éstos últimos, vienen siendo devorados por “la mancha urbana.
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