viernes, 30 de agosto de 2024

El Ángel de la Independencia, símbolo de libertad y autonomía que ha quedado tatuado en el imaginario colectivo

• Con la conferencia El Ángel del Paseo de la Reforma, impartida por Ana Lilia Cepeda, cerró el ciclo académico dedicado a Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra


• La muestra permanecerá en exhibición hasta el 8 de septiembre en el Museo Nacional de Arte


En la conferencia El Ángel del Paseo de la Reforma, impartida por la Maestra y Socióloga Ana Lilia Cepeda en el Museo Nacional de Arte (MUNAL), destacó que este monumento es un símbolo de libertad, autonomía e independencia, además de reforzar en los habitantes de la Ciudad de México el sentido de pertenencia.

Con esta ponencia cerró el ciclo académico dedicado a la exposición Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra, que actualmente se exhibe en el recinto del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y que convocó a gran cantidad de especialistas que abordaron diversos aspectos sobre estos seres alados, presentes no solo en el imaginario religioso monoteísta (judíos, cristianos y musulmanes), sino también con múltiples perspectivas desde los pueblos antiguos: Egipto, India, Mesopotamia y Mesoamérica.

La presidenta del patronato de la Fundación Conmemoraciones destacó que todas las ciudades tienen un monumento que las identifica y les brinda una personalidad propia.

Cepeda comentó que solo dos ciudades en el mundo cuentan con una Victoria alada: la Columna de la Victoria, ubicada en el parque Tiergarten en el centro de Berlín, construida en 1874, dedicada a conmemorar los triunfos prusianos del siglo XIX, un monumento que recuerda las guerras y las glorias pasadas.

Asimismo, el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México. “Nuestra Victoria alada, a diferencia de la germana, lejos de ensalzar la dominación de un pueblo sobre otro, es un símbolo de libertad, autonomía e independencia, la expresión del triunfo del pueblo mexicano sobre el imperio español”, puntualizó.

Ambas Victorias están inspiradas en la Niké de Samotracia, escultura de la antigua Grecia pertenecientes a la Escuela de Rodia del periodo helenístico, uno de los más ricos de la escultura clásica griega, corriente de la cual surgieron otras esculturas famosas, como la Venus de Milo y el Altar de Pérgamo.

“Para los habitantes de la capital, la Victoria alada es un símbolo citadino, un símbolo identitario, y coloquialmente fue rebautizada como el Ángel, así ha quedado tatuado en el imaginario colectivo. El Ángel de la Independencia es a la Ciudad de México lo que la Torre Eiffel a París o la Estatua de la Libertad a Nueva York”.

“Difícilmente su creador, el Arquitecto Antonio Rivas Mercado, imaginó que esta obra sería el icono distintivo de la ciudad. Rivas Mercado es un personaje valioso para la historia de las artes en México, aunque muchos lo ubican más como el padre de Antonieta Rivas Mercado, que se creía era el rostro de nuestra Victoria alada, aunque no es así, ya que ella nació en 1900 y la columna se empezó a construir en 1902”, puntualizó Ana Lilia Cepeda.

No obstante, en la entrada del monumento a la Independencia está tallado el rostro de una mujer con un gorro frigio, que representa a la libertad y que, en este caso, se trata de Alicia, la hija mayor del arquitecto Rivas Mercado.

El monumento a la Independencia se inauguró en 1910 por el entonces Presidente Porfirio Díaz, para conmemorar el Centenario del Inicio de la Guerra de Independencia de México. Posteriormente, se convirtió en un mausoleo para los héroes más importantes de esa guerra.

Cabe mencionar que la exposición Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra permanecerá en exhibición hasta el 8 de septiembre en el Museo Nacional de Arte, en Tacuba No. 8, Centro Histórico. Abierto de martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.

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