sábado, 16 de noviembre de 2013
La opinión; Cuenta la leyenda...
Cuenta la leyenda ….
Salvador Ferrer i Paradeda
Hay un principio y un fin, siempre ha sido así y como tal debemos aceptarlo, mal nos pese. Cuenta la leyenda que de la fuente de la juventud, después de beber el agua transparente y pura, uno puede gozar de la eternidad mirándose al espejo sin necesidad de acomodar pelos y arrugas –que ahora los hombres nos hemos vuelto muy coquetos-.
Repasando noticias, chismes, dimes y diretes, aparecen escritos y letras por doquier, de pronto te das cuenta que no puede ser cierto eso de la eterna juventud porque los “otros” han cambiado, ya no son los mismos, aparecen canas, desaparecen cabellos, asoman arrugas de huellas imborrables, miradas tristes e incrédulas, unas gafas que les permite ver todo esto y que ocultan para no sentirse tan “discapacitado”… en fin, no tiremos de la manta o se descubren hasta los estiramientos y el aceite consumido para verse más joven.
¡Ah! Claro, ellos no encontraron la fuente, anduvieron muchos caminos y se perdieron, por esto su apariencia ha cambiado tan radicalmente. Yo soy afortunado, indivisiblemente afortunado, es más, ni espejos tengo en la casa para no tener que interrogarme constantemente, lo afortunado que soy… luego, un día cualquiera al pasar frente a un escaparate donde muestran las ventajas del vestir bien y tener ropa de marca, das dos pasos atrás porque te sorprendes… ¡ese no soy yo!, miras a tu alrededor por si alguien está jugando un juego maquiavélico… no hay nadie, estoy solo frente al reflejo de mi imagen.
Es indudable que me engañaron, no era la fuente de la eterna juventud, ni Tepito es el Palacio de Hierro.
Corro en busca de una óptica, necesito confirmar lo que estoy viendo. Allí me atiende una joven que al verme entrar tan desesperado, lo único que atina a decir es;”señor, el Ministerio público está a unas cuadras de aquí”. ¡Qué rayos dice!, no necesito de ellos… me han robado la juventud y quiero verlo con mis propios ojos, los cuales parece ser han perdido la capacidad de observar adecuadamente.
Unos minutos haciendo pruebas para dar con mis dioptrías y salgo de nuevo hasta plantarme frente al mismo escaparate… no hay duda, me vendieron agua “chafa”, no existe tal fuente, ni tan siquiera nadie puede asegurar que alguna vez existió.
Así vemos la política y a los políticos incoherentes, aquellos de largo discurso, palabra por palabra estudiada y gestos propios de una telenovela de los años 70. Prometen=incumplen, hacen obras=y quedan en nada, viajan para buscar un mercado digno allende las fronteras=regresan con el rabo entre piernas porque les dicen que no tienen nada que ofrecer, roban a manos llenas=tienen pensión vitalicia…
Nosotros, los de a pie, los mismos que hemos tenido que hacer implantes, estiramientos y mil vueltas al cinto porque no nos llegaba a fin de quincena la paga, callaremos, bajaremos la cabeza afirmando que debe ser así, que la vida no da para más, que la leyenda de políticos, banqueros, empresarios etc. llenos de honestidad, ya no existen. La raza quedó exterminada desde el momento en que pasamos de ser un país con ilusiones, a ser un país con tarjetas de crédito pantallas de plasma y vacaciones comiendo tacos en una playa concurrida.
Nada volverá a ser igual, nadie volverá la vista atrás porque no tiene caso hacerlo, las lamentaciones no sirven, si acaso para llenar un costal y tirarlo al mar, rezando para que no contamine o de plano será peor.
Definitivamente somos animales acostumbrados a cambiar de color y pensamiento cada vez que hay elecciones, no aprenderemos, eso sí…. iremos al mundial, cerraremos empresas, haremos plantones, y como siempre, contaremos con la inestimable ayuda de la inefable Laura Bozzo, santa y mártir donde las haya, mujer destinada a marcar una línea entre lo absurdo y lo ineficaz, pero siempre, siempre, con una sonrisa en la boca –estiramientos incluidos- y procurando hallar entre sus seguidores a quien engañar, dándole una faja, unas gafas, unas sartenes o un libro de auto superación espontánea en el desierto.
Cuenta la leyenda que todos tenemos lo que nos merecemos, ni un gramo más ni uno menos y ahora sé que la fuente de la juventud es una quimera, (será que es otro producto que ofrece la inestimable Laurita), con todo, somos gente hecha a golpe de fiestas para quinceañeras, bodas, bautizos, comuniones y cualquier tipo de celebración que podamos inventar, ahora ya casi listo el día del político dedicado a vender ilusiones envueltas en humo, será un día señalado en el cual todos obtendremos ventajas como cualquier…”buen fin”.
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