domingo, 29 de diciembre de 2013

La opinión de ...Salvador Ferrer i Paradeda

De la inocente palomita a la inocentada caliente. Salvador Ferrer i Paradeda Los periodistas de “pro” y los imberbes metidos al periodismo, disfrutan de una fecha tan señalada como es el 28 de diciembre. Unos porque pueden dar rienda suelta a la imaginación una vez al año y otros porque son tan “estupidamente estúpidos” que ese día ni saben lo que hacer… claro, la imaginación se les va por una masa gris a la que llaman “sufrimiento-precoz.de-la-masa-encefálica-analítica-en–decadencia”. Lo que traducido al castellano castizo y llano, también se puede llamar “idiotas”. Esos, los últimos, gozan de privilegios y además, en muchas ocasiones hasta se les premia económicamente, lo que no está nada mal a tenor de lo que hacen…nada de nada. ¡Ah! no, sí hacen, es hablar o escribir lo que les mandan utilizando lo poco que les queda de ética y sabiduría –como dije, andan escasos de cognición- (conocimiento, saber, razón conciencia…). Les aclamamos, les damos premios por su carrera, los encumbramos y hasta les besamos la mano… serán, eso, serán lo que no quiero nombrar, porque hay que ser tan idiotas como ellos para rendirles pleitesía. Desandando lo andado en los párrafos anteriores, he de proclamar que me siento republicano en un país declarado republicano, porque no sería lógico si fuera una dictadura, iría al paredón, allí donde los reyes franceses terminaron por contemplar a las masas mientras estaban de rodillas esperando que la cuchilla convirtiera su cuerpo en dos partes amorfas. Digo… republicano de convicción, de los que se parten la cara para proclamar sus ideales y convicciones, no aquellos que pierden un zapato y salen cojeando a la calle en busca de una alpargata… a fin de cuentas los cambios son el pan nuestro de cada día, no pasa nada saltan de una bancada a otra como quien se come un taco al pastor con refresco y luego salmón ahumado acompañado de un cava catalán. Si me preguntan qué tiene que ver el título del artículo con lo que he escrito, debo decirles que nada, simplemente busqué un encabezamiento, escribí una perorata –sermón- lo mezclé y como resultado me ha dado lo que acaban de leer. Moraleja; leer lo que está escrito, puede llevarnos al infierno de Dante o al cielo de Nietzsche, dicho sea de paso, un verdadero lío. Aunque defiendo la inventiva de ambos ante la encrucijada de toparme con un periodista o un pseu-periodista venido a menos… ya saben, aquello de; “sufrimiento-precoz.de-la-masa-encefálica-analítica-en–decadencia”… idiotas.

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