sábado, 25 de enero de 2014
La opinión de ...Salvador Ferrer i Paradeda
Un paseo sabatino
Salvador Ferrer i Paradeda.
Relajado, dando pasitos cortos mirando a su alrededor, buscando alguien con quien entretener al tiempo, tal vez hasta desea una acaricia hecha con el detalle del desconocido que apunta tiernas razones.
Se para, sigue observando, la gente casi no repara en él o más bien intentan no reparar en esa pequeña figura que con una tez manchada de negro busca, busca y busca.
Es un sábado cualquiera, un poco más frío que otros, pero a fin de cuentas día de descanso y compras. Hay quien corre de un lado a otro, hay quien hace del asueto una observación completa de caminantes y escaparates. No tiene nada que comprar, pero sueña con tener.
Atravesar la calle es un objetivo difícil para el personaje de pasitos cortos, lo intenta una y otra vez sin conseguirlo. Nadie se apiada de él, nadie quiere usar de sus capacidades para ponerlo al otro lado de la calle y con ello hacer una buena obra.
Pero la paciencia logra por fin su objetivo. Sigue andando y mirando, levanta el cuello como quien busca a alguien en particular. Hace semanas que estuvo en el mismo lugar aunque en diferente situación, aquel día iba acompañado, se relamía de satisfacción, corría en ocasiones retando a quien le seguía… de pronto, hoy, como aquel día, vuelve a encontrarse solo.
Un desconocido se acerca para interrogarle con la mirada… no sabe de preguntas y mucho menos de respuestas.
Es un paseo sabatino.
Aquel paseo de un triste perro callejero que busca con ahínco a la persona que le abandonó para poder saber el motivo y la razón.
Hoy como desde hace semanas y semanas, regresará al rincón escondido esperando que alguien se apiade de él y le dé algo de comer… otro día seguirá aguardando la respuesta.
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