UNA NOCHE CON LAS ALMAS. Salvador Ferrer i Paradeda (video)

UNA NOCHE CON LAS ALMAS. Salvador Ferrer i Paradeda. Por el aspecto del título, seguro que se adivinan unas fechas de gran tradición, todos los Santos y el Día de los Difuntos. Desde el respeto, me he tomado del brazo con la cultura y buscado documentación para así intentar explicar los orígenes de estas conmemoraciones, así como algunas creencias. Dicen que la noche del 1 al 2 de noviembre, las almas de los difuntos vuelven a casa para ver si los familiares piensan en ellas. Si no es así, se ponen tristes, incluso hasta hacen maldades; como tirar de los dedos del pie cuando se duerme. Por eso antiguamente en esta noche se servía un plato de más en la mesa, como si el difunto estuviera invitado y se le preparaba la cama, se dejaban las puertas abiertas para que las almitas pudiesen entrar y se tenía cuidado al cerrarlas, para no aplastar alguna sin querer. Se procuraba no transitar por los rincones, porque era el lugar donde aquellas encontraban más colorcito. Por lo que hace al origen, hay una relación entre el día de los Difuntos y los días de siembra. En tiempos inmemoriales - un poco salvajes - se creía que el cuerpo del difunto daba muy buenas cosechas y se hacían sacrificios humanos para fecundar las tierras. Hay leyendas que revelan que los cuerpos de algunas divinidades mitológicas fueron esparcidos por los terrenos de cultivo.

 Esto sucedía a principios de noviembre. Una suave para olvidar: hacia el siglo VII, en estos días se estableció el Novenario de las Almas. Los clérigos repartían unas Sentencias de la Muerte triunfante, en dibujos artísticos. El interior de las iglesias también se revestía de sábanas o cuadros con imágenes macabras. Después se añadieron representaciones de la Danza de la Muerte. En tiempos modernos, las danzas evolucionaron con el inevitable Don Juan Tenorio. Nosotros preferimos mantener un parecido con los antiguos; y seguir con nuestras ofrendas y calaveras.