domingo, 3 de mayo de 2015

Buscarán restos de los gobernantes mexicas Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl

LA CRÓNICA Este año, el proyecto arqueológico del Templo Mayor estará enfocado a la excavación del Cuauhxicalco, un edificio circular encontrado en 2011 a los pies de la pirámide principal de la zona arqueológica y que, de acuerdo a los escritos hechos por cronistas indígenas y españoles, ahí reposan los restos de tres gobernantes mexicas: Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl.
“Vamos a excavar ese edificio cuando termine una obra pública que se lleva a cabo en el sitio. Cuando esté libre, exploraremos su interior porque suponemos que por ahí está enterrado algún soberano mexica, igual y no está, no estamos cien por ciento seguros, por eso debemos excavar”, detalló a Crónica, Leonardo López Luján. El arqueólogo, comentó tras la conferencia “La gran Tenochtitlan”, ofrecida en la 41 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que cuando hallaron el Cuauhxicalco, únicamente lo excavaron por fuera, de modo que este 2015 el trabajo principal se concentrará en conocer su interior, para comprobar las fuentes históricas del siglo XVI. “El cronista indígena Alvarado Tezozómoc, Fray Diego Durán, quien era un cronista dominico español, y Bernal Díaz del Castillo, quien fue soldado de Hernán Cortés, coinciden en afirmar que dentro de ese edificio se enterraban las cenizas de los soberanos. Nosotros queremos pensar que están ahí, pero igual se equivocaron”, precisó. —¿Dónde está ubicado el Cuauhxicalco? —Está justo al pie del Templo Mayor, la pirámide principal que está dedicada a Huitzilopochtli y Tlaloc, y justo al pie de la fachada principal, la intersección de las calles Guatemala y Argentina, donde está el predio conocido como la Casa de las Ajaracas. —¿Harán otros trabajos a la par en 2015? —Estamos haciendo un plano digital de todo el Centro Histórico, estudios de pintura mural, estudios de ofrendas. Pero el Cuauhxicalco que mide cerca de 18 metros de diámetro por 3 de alto, será la actividad central a partir de otoño. Aunque somos un equipo chico de 25 personas, cada uno hace una investigación diferente. Leonardo López Luján, quien fue invitado a la Feria del Libro por la Secretaria de Cultura del Distrito Federal, precisó que realizarán pozos y túneles para entender cómo fue construido el edificio y para encontrar los depósitos rituales, ya sean ofrendas (cajas con minerales, vegetales, animales, seres humanos y objetos culturales) o tumbas. “Si éstas aparecen, pensamos que podremos ver urnas, que son recipientes de piedra o cerámica que contienen las cenizas de los gobernantes, porque a estos personajes los cremaban”. El Cuauhxicalco, añadió el especialista, funcionó durante los años 1481 a 1502 aproximadamente, lo cual indica que corresponde al periodo de gobierno de tres soberanos. “Si estos tres cronistas tienen razón, hablan de tres gobernantes que fueron hermanos: Axayácatl, que muere en 1481; Tizoc, que muere en 1486; y el tercer hermano y último es el famoso Ahuizotl, que murió en 1502. Se dice que a los tres los enterraron ahí. A Moctezuma ya no le tocó por la Conquista, pues murió en 1520 y no le hicieran las exequias”, expresó. SACRIFICIOS EXAGERADOS. Otro estudio que ha arrojado datos novedosos para el Templo Mayor, es el análisis de las muestras de sangre halladas en altares y piedras. “Desde 1991 trabajamos en ello con poco éxito, hemos hecho estudios de hierro para encontrar trazas de fluidos sanguíneos, pero el problema es que la arcilla, la tierra y todas las rocas tienen hierro, entonces es un buen indicio pero no es concluyente”. López Luján comentó que con el paso del tiempo, han realizado otros análisis como estudios de albumina (la principal proteína de la sangre), de hemoglobina y de anticuerpos con la prueba para el Sida: Elisa. —¿Qué aportaciones ofrecen estos análisis? —Hemos encontrado junto a la sangre otras evidencias de sacrificio, por ejemplo, las piedras sacrificiales, los instrumentos sacrificiales como cuchillos de pedernal y autosacrificiales como las espinas de maguey o punzones de hueso de venado, jaguar y águila. “Las otras evidencias son las escenas de sacrificio humano en el arte y la presencia de víctimas. Sobre esto último, tenemos los cadáveres con las huellas dejadas por esos instrumentos, es decir, cuando cortas con un cuchillo de pedernal, las huellas quedan en los huesos y tenemos todos esos elementos”. Con la ciencia, destacó Luján, no pueden negar el acto de sacrificio humano entre los mexicas, pero al mismo tiempo han descubierto que el número de víctimas reportado por los españoles es exagerado. “Lo que hemos rescatado no tiene nada que ver con lo que dicen las fuentes. Por ejemplo, en la ceremonia de inauguración del Templo Mayor que hizo Ahuizotl en 1487, dicen que mataron a 80 mil 400 individuos. Lo mencionan dos fuentes y en los 37 años de investigación que llevamos, sólo hemos encontrado 200 víctimas, obviamente si buscamos hallaremos más, pero nunca serán las cifras que inventaron los españoles con el ánimo de justificar la conquista y la evangelización.

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