LA CRÓNICA Hacer ejercicio previene la osteoporosis. La actividad física es esencial para la constitución y fortalecimiento del esqueleto; y es que hacer ejercicio no sólo fortifica la estructura ósea, sino que también reduce las caídas gracias a la mejora del equilibrio y favorece la pronta rehabilitación en caso de fracturas.
De acuerdo con la Fundación Internacional de la Osteoporosis, los huesos y músculos responden cada vez que son ‘tensados’ y esto se logra mediante ejercicios de impacto o levantamiento de objetos.
La Fundación Hispanoamericana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO) define la osteoporosis como una disminución de la masa ósea (cantidad de hueso por unidad de volumen), que debilita y vuelve a los huesos porosos con una alta vulnerabilidad a fracturarse.
Las causas de la osteoporosis varían según el paciente, su historia clínica y genética, así como el envejecimiento, una dieta baja en calcio, las adicciones, la adherencia o abandono del tratamiento, las enfermedades crónicas degenerativas como el cáncer y, sobre todo, el sedentarismo. Ejercitarse estimula la formación y fortalecimiento del hueso y, en contraste, la falta de ejercicio físico constituye un elemento que puede detonar y perpetuar la osteoporosis.
Un factor particular que genera complicaciones a nivel óseo exclusivamente en mujeres, es la menopausia. Durante esta etapa, el estrógeno -que desempeña una importante función en la protección de los huesos- disminuye, por lo que las mujeres postmenopáusicas presentan mayor riesgo de padecer osteoporosis. Esta enfermedad y las fracturas asociadas a ella son una causa importante de morbilidad y de mortalidad, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto cobra proporciones importantes si notamos que, de acuerdo a la Secretaría de Salud, 16% de las mujeres mayores de 50 años de nuestro país padecen osteoporosis, y 70% de ellas no han sido diagnosticadas.
En cuanto al tratamiento, es importante resaltar que aquellos cuya aplicación o dosis es más prolongada logran mayor adherencia por parte de los pacientes, en comparación con los tratamientos de toma o aplicación diaria.
Esta circunstancia resulta de gran relevancia, pues al requerir mayor esfuerzo en la administración del tratamiento, la adherencia al mismo se pone en riesgo, lo que lleva a que el padecimiento se agrave y no se logre un avance hacia la mejoría. Es por ello que existen tratamientos que dan la opción de administrarse incluso dos veces al año, lo que eleva la tasa de adherencia, y a su vez, de mejoría.
El Dr. Max Saráchaga, director médico de Amgen México, asegura que “hacer ejercicio es clave para prevenir la osteoporosis; cualquier tipo de actividad que genere movimiento, es aceptable”. Sin embargo, existen ejercicios específicos que retrasan la aparición de lo que ya es considerado por la Fundación Internacional para la Osteoporosis como un “problema de salud pública mundial”.
El ejecutivo afirma que “realizar actividad física no es exclusivo de la prevención oportuna de la osteoporosis; también es un complemento necesario para los pacientes con la enfermedad”. La FHOEMO ha publicado una serie de ejercicios preventivos para el retraso pertinente de la osteoporosis, desde cómo mantener una postura correcta hasta flexiones auxiliadas con objetos tan simples como una pared y una silla.
Todos los ejercicios se encuentran en la página Web. Aquí los principales para prevenir la osteoporosis que ambos expertos sugieren.
Ejercicio No. 1
• Sitúese frente a la pared con las rodillas ligeramente flexionadas.
• Empuje con las manos manteniendo la espalda recta.
Ejercicio No. 2
• En la misma posición que el anterior (frente a la pared con las rodillas ligeramente flexionadas), trepar con las manos por la pared hasta hacer una completa extensión de brazos y espalda.
Ejercicio No. 3
• De espaldas a la pared y con los pies ligeramente despegados de ésta, empujar el cuerpo contra ella y estirarse lo más posible, extendiendo el brazo, manteniendo la espalda recta y las rodillas ligeramente flexionadas.
• Repetir con el otro brazo.
Ejercicio No. 4
• Apoyándose en el respaldo de la silla, flexionar parcialmente las rodillas, manteniendo la espalda recta.
• Subir y bajar lentamente.
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