Por Arlen Jaime Merlos
Ante el incumplimiento de las expectativas de crecimiento económico del gobierno federal y de su estrategia de combate a la pobreza, a tres años de su administración, 2 millones de pobres se han sumando a la población; es decir, 1826 pobres por día a pesar de la enorme cantidad de recursos empleados.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares dados a conocer por el INEGI recientemente, y del último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 55.3 millones de personas en México viven en situación de pobreza, de los cuáles 11.4 millones, se encuentran en condiciones de pobreza extrema. Siendo evidente la gravedad de la situación, ya que estos datos tienen implicaciones mayores en la orientación del modelo económico y social de nuestro país.
A pesar de ser la economía mundial número 14, nuestro país se encuentra entre las 25 naciones más desiguales del mundo, en donde 23 millones de personas viven sin posibilidades de acceso a la canasta básica, en resumen, en condiciones de pobreza alimentaria.
Ante este fracaso económico, es urgente impulsar y ejecutar políticas públicas eficaces para mejorar el bienestar de la población, priorizando el gasto para enfrentar la pobreza, el rezago educativo, garantizar el acceso a servicios de salud y seguridad social, ya que la medición de la pobreza y la desigualdad debería ser el punto de partida para replantear el modelo de desarrollo económico de nuestro país.
El 8 de septiembre el Ejecutivo Federal presentó al Congreso el paquete económico que contempla la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el próximo año, el cual tendrá que ser aprobado en las próximas semanas.
A pesar del corto tiempo con que cuentan los diputados para aprobar dicho paquete económico, aún en la Cámara de Diputados se vive el proceso de análisis de la integración de las comisiones, mientras en el centro del debate nacional surgen los cuestionamientos al crecimiento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
Ante esta urgencia de resolver la orientación del presupuesto en nuestro país, es indispensable replantear nuevas políticas económicas para enfrentar las bajas expectativas de crecimiento económico, la pobreza y la desigualdad; sin embargo, el tiempo transcurre. Como refiere Rolando Cordera Campos hay que rehabilitar la política y poner énfasis a lo fundamental.
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