miércoles, 3 de febrero de 2016
Llega el nuevo avión presidencial al AICM
LA CRÓNICA El nuevo avión presidencial Boeing 787-8 arribó a las 01:55 de este miércoles al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) proveniente del aeropuerto de Dallas Love Field.
El avión “José María Morelos y Pavón” podrá transportar hasta 80 pasajeros, 20 más de la capacidad del “Presidente Juárez” actualmente en funcionamiento.
Cuenta con equipos en telecomunicaciones satelitales e Internet, lo que permitirá que el Presidente de la República reciba y transmita información permanentemente desde cualquier parte del mundo, lo que facilitará el desahogo de su agenda de trabajo incluso en vuelos de larga distancia.
Tiene una vida útil estimada de 25 años, por lo que estará en servicio hasta el año 2040. Es decir, podrá estar a disposición de al menos cinco titulares del Ejecutivo del país, de sus equipos de trabajo y los medios de comunicación que reportan cotidianamente las actividades del Presidente de la República.
El avión Boeing 757 “Presidente Juárez” se mantendrá como parte de la flota aérea del Estado Mayor Presidencial. Fungirá como avión de respaldo cuando el avión “José María Morelos y Pavón” se encuentre en mantenimiento.
Se informó que “el costo total del avión, incluyendo ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones, fue de 218.7 millones de dólares, que se pagaron a 13.5 pesos por dólar, dado que también se adquirió una cobertura del tipo de cambio. Esto significa que el costo real, pagado en pesos por la totalidad de la aeronave con su equipamiento, fue de 2,952.4 millones de pesos.
Tiene un alcance de 13,900 kilómetros, lo que le permite volar sin escalas a cualquier destino de los continentes Americano, Europeo, Africano en su región noroccidental, así como algunos de la parte oriental y occidental de Asia y de la parte oriental de Oceanía;
Consume hasta 20 por ciento menos combustible que otros aviones de su categoría y produce 60 por ciento menos contaminación sonora que aviones similares.
Cuenta con sistemas de navegación, aproximación y aterrizaje utilizando medios terrestres, satelitales y autónomos, que permiten la realización de rutas con mayor precisión y en toda condición atmosférica, con lo que se incrementa la seguridad y confiabilidad en la operación.
Su fuselaje está construido principalmente de materiales compuestos (fibra de carbono) que ofrecen menor peso y mayor resistencia al desgaste y a la corrosión.
Su diseño aerodinámico disminuye el efecto de la turbulencia en vuelo y está equipado con motores General Electric de última generación diseñados para volar 20,000 horas o 16 años antes de su primera revisión mayor.
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