martes, 12 de abril de 2016

Reprobado cabildo Naucalpense a Cien días de Gobierno

• No hay nivel de debate, perfil, conocimiento de la legislación municipal en su fase reglamentaria y talento desde una visión Constitucionalista. • Los acuerdos entre fracciones edilicias continúan imperando, ahora de manera individual que colectiva y lamentablemente no hay oposición que enriquezca el ideario de debates.
“La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado”. Montesquieu. Por Mario Ruiz Hernández A los cien días justamente de gobierno, y entre otras reflexiones que se pudieran ventilaran del tema, oportuno es igual, evaluar al cabildo; su productividad, nivel de debate, y de manera especial, entre otras valoraciones, el compromiso con los ciudadanos que por medio del voto, les concedieron el beneficio de la duda. Entender que en la actividad legislativa en su fase reglamentaria, qué han aportado cada uno de ellos a Naucalpan, y rebasar el mal concepto que se tiene de “maiceados y levantadedos”. Más allá del partido que representan en el ayuntamiento, y otros que llegaron a decirlo claro, por cubrir las “cuotas de poder y los indistintos compromisos políticos, al margen de los que jamás imaginaron ocupar un espacio de representación popular de tal magnitud, quiénes en realidad destacan, y dentro de los cuales claro que hay gente que ya se la sabe. Por otra parte, de los ediles en comento observar además ese real respaldo ciudadano; la identidad del instituto político que representan, sus ideales, propósitos, y si la militancia los tolera o los escupe, cuando en la actuación desde el nivel digámosle de oposición, han trascendido. En “el mercecabildo“, cabría preguntarnos en términos muy simples, si justamente nos identificamos con ese cuerpo colegiado en la solución de nuestros problemas con las cosas públicas, es decir, con las que son comunes, con la que de algún modo nos afectan a todos y tiene que ver con nuestra existencia solventada o desahogada en las asambleas de ediles. Quizá, el problema que nos asiste es que a la vez, y por el presumible mediocre desempeño hasta estos momentos, podemos inferir que prevalece un total desconocimiento de las funciones que realizan y en las sesiones de cabildo a que fuesen convocados, pocos o casi nadie propone, defiende y al menos habla, que no sea exclusivamente para el simple pase de lista. Parece mentira, que en repetidos momentos se tenga que llevar al análisis esta situación, a la falta de perfiles, convirtiendo a los ayuntamientos en vulgares empresas para “el mantenimiento de holgazanes y otros singulares parásitos del sistema”. Cabe hacer notar, que en muchos sentidos, la legislación municipal en su fase reglamentaria que se da en estos casos a través de las iniciativas, propuestas u ordenanzas, esclarecen esa gama ideológica que permite también el derecho de disentir , abstenerse o votar a conciencia sobre los diversos temas y asuntos públicos con honesta soberanía. Lo anterior, para “evitar el monopolio del poder” para las fracciones mayoritarias en el parlamento o es pues, el resultado de la función de los equilibrios políticos entre las diferentes fuerzas con representación en el ayuntamiento cuyo pacto es el de organizar al Estado, sus poderes y sus funciones esenciales; pero también el pacto de una sociedad para declarar sus ideales, sus esperanzas y los valores que habrán de guiar el desarrollo de la propia sociedad. En estos 100 días del nuevo gobierno, ni grandes ni bienaventurados han sido los cabildos en Naucalpan, resolviendo solo y exclusivamente sus peculiares productos políticos excluyendo de una o de otra forma el beneficio social con una visión bastantemente retrograda de ese espíritu Constitucionalista y “la neta, no tiene la culpa el jefe de la asamblea”, que todas a ganado. El tratamiento inter pares, o sea entre iguales, el innovador reglamento de la administración pública con los derechos y deberes correlativos al individuo, a los grupos sociales y al desarrollo municipal, ha imperado con todo el poder ideológico del partido que gobierno, pese a que se consigna una pluralidad rebasada por la mayoría legislativa, aún y con los mini debates del concejal de MORENA que, al final “le avientan la aplanadora panista, priísta y perredista”. Concibo que el problema fundamental de legitimidad de ese cuerpo colegiado es el mantener un ejecutivo fuerte que pase por encima del ejercicio parlamentario (control y subordinación del cabildo al presidente municipal), que asimismo, hace del autoritarismo institucional una realidad exclusivamente individual, con la que recubre una tradición política en el ejercicio del poder, el alto grado de corporativización y el nivel de centralización y verticalidad en la toma de decisiones e incluso, hay quien todavía les hace las ordenanzas y/o puntos de acuerdo. Lo notablemente es que “se los han comido, empero tampoco han llegado a comprender y entender, que el presidente municipal o de la asamblea, es uno más que todos; no es el dueño de nadie, ni tampoco el jefe, al que hay que rendirle pleitesías. En los niveles constitucionales, tiene la misma posición con respecto a los demás. No es precisamente, ni más ni el menos”. En el análisis de este tramo, el debate parlamentario es demasiadamente bajo, no tiene ni el nivel ni tampoco la altura suficiente que nos ofrezca mediante la sistematización ideológica, un entendimiento claro de los problemas sociales y de sus soluciones. La aproximación primera del cuerpo edilicio, está completamente reprobada que ni siquiera alcanza el 5 de calificación, en un ejercicio muy simple de qué justamente calificación les pondrías a ediles en una escala del 1 al 10, en una muestra de 150 cuestionarios con un margen de error, de menos 1.5 por ciento. Finalmente, en el cabildo hasta estos días sinceramente, refleja esa inoperancia y esa falta de preparación y conocimiento legislativo en la que además, no se tiene iniciativa a futuro que posibilite un auténtico cabildo, con su ideario de debates, trascendente, histórico, competitivo, productivo-y lo último que restaría es conocer si ediles saben cuándo se instaló y en qué lugar fue que quedó formalmente ubicado el primer cabildo en México ?.-

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