• Alarmante los “levantones de gente”, que tiene al municipio en grave foco rojo y que desde hace dos meses atrás, los índices sobre el particular van a la alza, en Ciudad Satélite y la zona de Los Remedios, sobre todo.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 10 de mayo del 2016.- En verdad que, en lo que va del año, éste ha sido de sentimientos más intensos que el terror. Aquí, todos los días y, a cualquier hora se registran desapariciones de niñas-adolescentes, mujeres y hombres de cualquier edad.
No se sabe a ciencia cierta, los motivos y hoy, la falta de investigación sintetiza que quizá todo se encuentre relacionado con el narcotráfico, o de plano es un artero secuestro.
En nuestro municipio de manera extraoficial se reconocen alrededor de 30 casos, pese a que la impresión general es que existen más en el cinturón inhóspito que forman las comunidades de Sierra Nevada, “El Beato”, Ampliación Los Remedios, Ciudad de los Niños y Lomas de Cantera.
A la vez, de fraccionamientos residenciales en Naucalpan y sus límites con Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla y la Ciudad de México.
Los testimonios de familiares de las víctimas coinciden en esquemas sumamente violentos que han utilizado las bandas para “levantar a la gente”, incluso a las afueras de sus propias casas.
Pero también, métodos criminales para enganchar a las niñas de formas inmaduras a través de redes sociales.
Pareciera una extraña versión, pues es evidente que las desapariciones forzadas o secuestros han estado ahí durante años.
El pasado domingo, otra vez en el perímetro rojo de “Los Remedios”, un nuevo caso que se suma a otros de una “familia levantada”, y sin que nadie haga nada a plena luz del día, como el de Jesús Alvarado Loranca de 37 años de edad, el pasado 1° de marzo.
La historia de justamente Loranca, como de varias adolescentes, son ausencias inexplicables para las familias, que confirma además, la estadística fría de adolescentes entre 12 y 17 años desaparecidas.
Hay documentados casos también en la Zona Azul de Ciudad Satélite y Fuentes de Satélite, con Adriana Garduño López y Nerea Kimberly Ríos de 22 años de edad, Ana Cristina Suárez Espinosa de 19 años de edad y Allen Yasuf Huerta Cortés de 27 años, entre otros, y quienes familiares han pedido respeto para no entorpecer las investigaciones.
Claro que hay hipótesis de la PGJEM para estos casos y refieren que los delincuentes utilizan las redes sociales para contactar a las adolescentes y posteriormente llevarlas a otras entidades.
“A través de las redes sociales, del Facebook, de diversos chats públicos, Xbox. Así empiezan a cazar a su víctima para diversos fines.
“Puede ser, por supuesto para trata de personas, puede ser un fulano, obsesivo, loco, que quiere involucrarse sentimentalmente con una persona, puede querer la venganza de algún familiar de esa adolescente. “Puede ser captada por temas de narcotráfico”, revelan estudios de la dependencia desde el 2010.
No existen dudas que las redes sociales ahora juegan una mala pasada a las familias de las víctimas. Algo que parecía un ocio menor sin riesgo se ha convertido en una trampa mortal para ellas.
“Dentro de las redes sociales, se encuentra toda la vida de los chavos… meten todo, entonces ahí, puedes ver cuáles son sus necesidades, cuáles son sus sueños, cuáles son sus carencia.
“Quienes buscan captarlos a través de redes sociales, empiezan a estudiarlos, hacen un entorno social de manera paciente e incluso empiezan a proveer diferentes discursos con ellos, hasta que encuentran el adecuado que los va a atrapar.
“Terminan creyendo que se están yendo por su voluntad, cuando en realidad su voluntad está absolutamente viciada a través de un tema de sometimiento.
Las redes han interrumpido la inocencia de niñas en esta empobrecida y abandonada región de la entidad que recibe el mayor presupuesto del país.
En la mayoría según les ofrecen un trabajo, en el cual son de edecán y demostradora, por su cuerpo que tenía, le quedaba muy bien ese trabajo, que le iba a ir muy bien.
Pero no obstante, y por otra parte, hay casos ahora mismo extraordinarios, relevantes, en que los criminales van directamente sobre “su presa”, al plagio, o simplemente a desaparecerlo, según sin motivo alguno, ya no importando la edad.
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