Con el lema “Levantemos las manos por la #PrevenciónVIH” hoy se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Sida, una epidemia que a 35 años de su aparición aún presenta enormes desafíos en el mundo entero.
El estigma y la discriminación que rodean al VIH/sida merman los esfuerzos hechos desde diversos ámbitos para erradicarlo. Los prejuicios culturales y sociales en contra de quienes viven con el virus, obstaculizan su acceso a los sistemas de salud para recibir tratamiento antirretroviral y en consecuencia tener una mejor calidad de vida.
Cifras del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, señalan que de 1981 a la fecha, 78 millones de personas han adquirido el VIH, y en el mismo lapso, 35 millones han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el sida. Actualmente, 36.7 millones de seres humanos son VIH positivos.
En México, de acuerdo con datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida), de 1983 al 15 de noviembre de 2016 han sido notificados 186 mil 655 casos, de los cuales 153 mil 35 corresponden a varones y 33 mil 620 a mujeres, siendo la sexual, la principal vía de transmisión con más del 90 por ciento de los casos.
No obstante los avances obtenidos en la lucha contra la epidemia, aún hay muchos pendientes. Los recortes presupuestales hechos por el gobierno federal y avalados por la Cámara de Diputados, este año sumaron 10 mil 200 millones de pesos. Estas decisiones gubernamentales basadas en frías estadísticas y numeralias, repercuten negativamente en la vida de las y los mexicanos que viven con el virus y que se atienden en las instituciones de salud pública.
Desde la Secretaría Nacional de Diversidad Sexual del Partido de la Revolución Democrática (SNDS-PRD) demandamos al gobierno federal a través de la Secretaría de Salud y del Censida, la elaboración y difusión de campañas de sensibilización y prevención del VIH. Históricamente estos esfuerzos han sido los menos. Para frenar el avance de la epidemia se requieren campañas de información permanentes que contribuyan a eliminar el estigma y discriminación que merman la calidad de vida de las personas VIH positivas.
Aunado a la falta de recursos, la burocracia también es un elemento que dificulta el combate al virus. Los casos registrados en Quintana Roo y Tabasco, entidades en las que recientemente se suspendieron las pruebas de conteo de carga viral, necesarias para medir la cantidad de virus presente en la sangre, es un claro ejemplo de cómo la inadecuada planeación de las instituciones de salud pone en riesgo la vida de las personas.
En el caso de Quintana Roo, la SNDS-PRD, encabezada por Antonio Medina, se pronunció al respecto y dirigió un oficio al Censida, ahí, la dependencia argumentó que la falta de personal impidió la realización de esas pruebas.
En septiembre pasado, este instituto político consideró preocupante que en el Paquete Económico para 2017 haya recortes en rubros vitales para la nación como lo son la salud, la educación y el gasto social.
En el caso del VIH/sida, los esfuerzos no deben cesar, pues si bien se han obtenido importantes logros, también es un hecho que la epidemia no se ha detenido. Datos de la Clínica Especializada Condesa así lo demuestran al detectar al menos 15 nuevos casos por día entre jóvenes cuyas edades oscilan entre los 17 y los 29 años de edad.
La lucha contra la epidemia debe ser una tarea conjunta entre autoridades y sociedad civil para lograr incidir en el comportamiento de los hombres que tienen sexo con hombres (HSH), el sector poblacional mayormente afectado, y en el cual se registra el mayor número de nuevas infecciones.
Es momento de revisar las estrategias utilizadas para combatir al virus. Son más de 30 años de su aparición y sigue afectando a miles de personas. La escasez de recursos y la falta de voluntad política, se suman al cambio en la percepción que sobre la epidemia tiene buena parte del sector de los HSH.
La llegada de los antirretrovirales, mismos que por momentos escasean, también han hecho mirar incorrectamente a la epidemia y han relajado las medidas de prevención sin tomar en cuenta que con el paso del tiempo producen efectos colaterales en el organismo.
Para la SNDS-PRD, la elaboración de campañas informativas sobre el VIH debe ser una labor cotidiana que destaque al condón y al lubricante como herramientas efectivas de prevención.
Datos del Instituto Nacional de Salud Pública señalan que las probabilidades de que un joven gay esté expuesto al VIH son 85 por ciento más elevadas en comparación a las de un joven heterosexual. Esos son los retos que deben superarse.
La efectividad de los esfuerzos gubernamentales y de la sociedad civil para erradicar el virus, debe medirse en términos no de campañas o estrategias que estén bien o mal hechas, sino en registrar cambios de comportamiento en la población a la que están dirigidas. Sólo de esta manera se lograrán avances para detener la epidemia que hasta el día de hoy ha cobrado la vida de 78 millones de personas en todo el mundo.
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