martes, 13 de junio de 2017
En Ecatepec y Nezahualcóyotl, localidades perdidas reflejan la pobreza del Edoméx
En el Estado de México, el Bordo de Xochiaca de Nezahualcóyotl, es el vigésimo primer municipio más violento del país y el séptimo con mayor número de personas en pobreza. Alejandro González Espínola vive ahí. “Te invitamos a que pases a cada una de nuestras viviendas, yo creo que te pones a llorar”, dice.
Ecatepec de Morelos, es el quinto municipio más violento del país, el tercer municipio con mayor número de personas en pobreza. “Yo siento que no ha mejorado nada, ni nunca van a mejorar las cosas así”, afirma Samuel Flores Domínguez, habitante de esa ciudad perdida.
No es alguna sierra alejada en el norte o sureste del país, pero aquí también se conoce lo que es pasar días sin comer, semanas sin bañarse porque no hay agua, durar meses con la misma ropa, que el baño sea una fosa séptica porque no hay drenaje.
Son colonias del Estado de México ubicadas a menos de 15 kilómetros del centro de la Ciudad de México. Estas condiciones similares las padecen 8 millones de personas.
“Aquí tenemos que soportar malos olores, animales, pulgas, porque hay perros, ratas, gatos. ¿qué más le puedo describir a la gente?, ustedes lo están viendo”, señala Alejandro González Espínola.
Alejandro se asentó a las orillas del Bordo de Xochiaca, en Neza, después de que fue estafado con la supuesta venta de un terreno por el que durante años pagó mil pesos mensuales, al igual que 100 familias más.
Al ser desalojado también fue despedido de su trabajo como herrero y junto con sus vecinos desplazados invadieron esta mezcla de obra negra y basurero llamado “El Cuartel” que ya estaba en manos de un grupo de jóvenes adictos al solvente.
Hoy, la rutina de las hijas de Alejandro y de decenas de niños de la colonia que no van a la escuela convive con la drogadicción.
De poder comprar su propio terreno, Alejandro pasó a sobrevivir con lo que le deja dirigir el tráfico en la esquina.
“A la semana te voy a hablar de unos 300 pesos, si bien me va, pero tienes que amarrarte la tripa e írtela sobrepasando con frijoles, con huevo, porque a veces ni para huevo nos alcanza”, dice Alejandro González Espínola.
Y hay días que tampoco alcanza para frijoles.
“Digamos que son las 7 de la noche y dices: híjole, no le he dado de comer a mis hijas, es un remordimiento bien fuerte. Tan fuerte es la necesidad, que he querido salir por esa puerta corriendo, conseguir dinero fácil, hacer cualquier cosa, a lo mejor robar”.
Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo de Coneval, afirma que esa expresión le da la impresión de que es una persona que tiene necesidades importantes, “en un país que no le ha brindado en largo plazo a todos los habitantes un buen nivel de vida en general y además dado como lo dice en este país le incluimos un elemento también de impunidad en donde la gente puede robar y no pasa nada, alguien en el gobierno puede robar y no pasa nada”.
De 2010 a 2017, el Gobierno del Estado de México dobló su presupuesto de egresos en 100 por ciento, de 134 mil millones de pesos pasó a 260 mil millones de pesos, según cifras del Congreso estatal.
Pilar Parás, del Frente contra la Pobreza, explicó:
“Hay una dispersidad tremenda de programas sociales, específicamente en el Estado de México. El Coneval ha contabilizado más de 232 programas de desarrollo social del gobierno estatal, entonces ¿qué pasa? Con esta dispersión, lo único que generas son espacios, obviamente opacidad, porque tres cuartas partes de estos programas ni siquiera tienen reglas de operación”.
Samuel Flores es artesano y vive en Cartolandia, el nombre que se le dio a esta zona de San Pedro Xalostoc, Ecatepec, por el material de las casas.
Son más de 2 kilómetros de viviendas a la orilla de la vía del tren, que tampoco cuentan con agua y drenaje. La luz es regalo de algún poste cercano.
Unas 90 familias, la mayoría originarias del sur del país, llegaron desde hace décadas en busca de una mejor vida que no aparece.
Samuel y su esposa hablan náhuatl, lengua que ya transmitieron a sus 4 hijos, igual que el arte de las figuras de yeso.
“Dos van a la escuela y dos están en plan, porque como que es mucho gasto, no los he mandado”, dice Samuel Flores sobre sus hijos.
A la semana, en familia, hacen 600 figuras de yeso que se venden en los mercados cercanos. Cada una les da de ganancia un peso. Son 600 pesos para 6 personas.
“Yo ahorita trabajo desde las 8 am y hasta que el cuerpo aguante, hasta las 2, 3 de la mañana le paro. En sí nada más para la comida, lo necesario. Ya comprarse ropa está medio canijo, lo que llevamos puesto es lo único que se tiene, ahora sí que se trabaja nomás para comer y sobrevivir”, dice Samuel.
Pilar Parás, del Frente contra la Pobreza, señala que “en México, el salario mínimo está por debajo de la línea de pobreza, ¿qué quiere decir eso? Que en este país puedes trabajar todos los días y ser pobre”.
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