miércoles, 17 de enero de 2018

En la retórica de la derrota de Naucalpan, “y sí tú ya lo sabías”

• Del heroísmo al fracaso, de una lucha sorda e inútil, en fin una lucha en medio de la nada, por la lucha y su dolor sin frutos y que precisa de nueva cuenta la alternancia pública, y ello a manera de mensaje…

Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 17 de enero del 2018.- Si tú ya lo sabías, imposible a dos años de mandato, seguir y seguir culpando al pasado que ya pasó y a “la barrabasada” es que vean cómo nos dejaron.
Pero si tú ya lo sabías, el por qué insistir en “vender el alma al diablo”, confabular con los innombrables y luego alcanzar la alternancia pública.
Pero sí, y sí tú ya lo sabías, que el municipio estaba desmadrado, endeudado y crueles antecedentes de muchos rezagos sociales, baches y niveles de seguridad altos, entonces el por qué no dimensionar el tamaño del reto que representa aún y ahoramismo Naucalpan.
Pero sí y sí tú ya lo sabías, insisto, en la insuficiencia de existir en el decir, en la ironía y del burlón silencioso, la negación de lo que no se ha hecho por la falta de recursos, y de talento.
Pero sí y tú ya lo sabias, que tampoco se puede negar afirmando, afirmar negando, a la manera como lo hicieron los míticos y barrocos, en ese juego de palabras y concebir el nuevo gobierno.
Pero sí y tú ya lo sabias, que nada es tan lógico como el hablar de los niños, nada tan sincero como su forma de nombrar la realidad, y tan cercano al sentir y al imaginar, a la noción del tiempo y de la vida, en donde el fracaso no tiene espacio alguno.
Naucalpan parece provenir de un diálogo que goza descubriendo las suertes que se pueden realizar con precisamente las palabras, por sus contigüidades y sus continuidades.
Asimismo, por sus contextos y sus pretextos, por sus trastrocamientos y sus errancias.
El andar vagando, inventando una serie de cosas, tan lejanas de aquel pasado inexorable en el que aún subsisten anclados y esto está por acabar.
En serio, que hoy nos ofrecen una visión inconclusa del pasado, un ayer abierto a la vida que transcurre, a la mente y la sensibilidad y cuya caducidad no ha tenido lugar.
La verdad que no lo han superado, y que no han podido, y es por salud mental nombrar las cosas como son: de un gobierno fallido y que no debió ocurrir, de tan legendaria soberbia.
Del heroísmo a la derrota, de una lucha sorda e inútil, en fin una lucha en medio de la nada, por la lucha y su dolor sin frutos y que precisa de nueva cuenta la alternancia pública.
En ese escenario y en el que solamente se ve un animal herido, en el que “El Aristotélico” pasó a la nada y sucumbió “El Príncipe Maquiavelo”, uno más de “Los Reyes Chiquitos”, como el de en antes, esperando la derrota…

No hay comentarios:

Publicar un comentario