• El municipio es un gran mosaico de razas y mestizajes, que conservan indistintas manifestaciones artísticas del pueblo, para el pueblo.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 12 de marzo del 2018.- Es totalmente claro, que el municipio dentro de sus múltiples males el menor, no deja de ser la trascendente cultura popular en la zona emergente.
Naucalpan, lo hemos dicho en reiteradas ocasiones que es mucho más grande que los altos niveles de inseguridad, la lucha por los territorios y otros delitos, está en su gente.
Somos una demarcación, ciertamente contrastante con el Naucalpan residencial, en el que en el mismo espacio geográfico tenemos una completa diversidad, de justamente culturas y razas.
En ella, convivimos personas de todos lados, de identidades diferentes, pero que no obstante, mantiene la manifestación del pueblo y para el pueblo
Lo anterior, con materiales simples y escasos pero de una elevada expresión artística que refleja de alguna manera el de dónde vienen y son.
En el barrio, allá por “La Vicente Guerrero, “Las Manchas”, Lomas del Cadete, “Los San Rafaeles Chamapa”, Benito Juárez, y una serie de colonias, enclavadas en el área, y en los extremos, de “Las Lomas Colorada” y Cuenca de San Mateo, describen el trabajo de un conjunto y heterogéneo de numerosos artistas.
El potencial de creadores es enorme; músicos, pintores, bailarines, poetas, escultores, graffiteros, artesanos, artesanías, grupos de danza folclórica, incluso la presencia de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Chiapas, Jalisco y Michoacán, entre otros estados en Naucalpan.
Tenemos costumbres, presencia, amor al terruño, la nostalgia y gastronomía del pueblo que nos vio nacer: “El Tequio”, la colaboración, solidaridad, el apoyo al hermano, al patrono y tanto y tanto que hemos dejado ir por las otras cosas.
Ante la indiferencia gubernamental, no importa de quién sea, sea pues, la reflexión de rescatar y/o retomar aquello que ha quedado en el olvido, en el genio individual que en el colectivo.
La agenda es monumental, el reto impresionante en el entramado de tradiciones en la creación cultural de nuestro municipio que conjugan una amplia diversidad de materias primas, procesos técnicos y elementos simbólicos que materializan los saberes de sus creadores.
Alcanzar la identidad del otro Naucalpan, más allá de “Las Torres de Ciudad Satélite”, y las diferentes plazas comerciales, rodeadas de antros, casinos, bares de lujo, casas de cita, “piquerías”, “chelerías” cerca de centros escolares, y numerosos negocios del vicio.
NAUCALPAN Méx., a 12 de marzo del 2018.- Es totalmente claro, que el municipio dentro de sus múltiples males el menor, no deja de ser la trascendente cultura popular en la zona emergente.
Naucalpan, lo hemos dicho en reiteradas ocasiones que es mucho más grande que los altos niveles de inseguridad, la lucha por los territorios y otros delitos, está en su gente.
Somos una demarcación, ciertamente contrastante con el Naucalpan residencial, en el que en el mismo espacio geográfico tenemos una completa diversidad, de justamente culturas y razas.
En ella, convivimos personas de todos lados, de identidades diferentes, pero que no obstante, mantiene la manifestación del pueblo y para el pueblo
Lo anterior, con materiales simples y escasos pero de una elevada expresión artística que refleja de alguna manera el de dónde vienen y son.
En el barrio, allá por “La Vicente Guerrero, “Las Manchas”, Lomas del Cadete, “Los San Rafaeles Chamapa”, Benito Juárez, y una serie de colonias, enclavadas en el área, y en los extremos, de “Las Lomas Colorada” y Cuenca de San Mateo, describen el trabajo de un conjunto y heterogéneo de numerosos artistas.
El potencial de creadores es enorme; músicos, pintores, bailarines, poetas, escultores, graffiteros, artesanos, artesanías, grupos de danza folclórica, incluso la presencia de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Chiapas, Jalisco y Michoacán, entre otros estados en Naucalpan.
Tenemos costumbres, presencia, amor al terruño, la nostalgia y gastronomía del pueblo que nos vio nacer: “El Tequio”, la colaboración, solidaridad, el apoyo al hermano, al patrono y tanto y tanto que hemos dejado ir por las otras cosas.
Ante la indiferencia gubernamental, no importa de quién sea, sea pues, la reflexión de rescatar y/o retomar aquello que ha quedado en el olvido, en el genio individual que en el colectivo.
La agenda es monumental, el reto impresionante en el entramado de tradiciones en la creación cultural de nuestro municipio que conjugan una amplia diversidad de materias primas, procesos técnicos y elementos simbólicos que materializan los saberes de sus creadores.
Alcanzar la identidad del otro Naucalpan, más allá de “Las Torres de Ciudad Satélite”, y las diferentes plazas comerciales, rodeadas de antros, casinos, bares de lujo, casas de cita, “piquerías”, “chelerías” cerca de centros escolares, y numerosos negocios del vicio.
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