• La misma elección a la renovación del ayuntamiento, desenmascaró el divisionismo y sobre todo, la falta de resultados.
Por Mario Ruiz HernándezNAUCALPAN Méx., a 30 de julio del 2018.- A casi un mes del morenazo del domingo 1° de julio, claro que aquí, en el gobierno municipal y otros sitios, hay impresionantes daños colaterales.
Lo anterior y aunado a otros asuntos internos sumamente delicados que dejaron las urnas, y que como siempre, nadie quieres asumir su responsabilidad.
Los costos ya lo sabemos, el problema el saber del justamente cómo superar la derrota tanto en el partido con consecuencias en la gerencia y/o administración pública.
Es sabido por todos, del total rompimiento del alcalde sustituto, Víctor Gálvez Astorga, con su antecesor y hoy, diputado electo, Edgar Armando Olvera Higuera, que incluso, “no jaló parejo”.
La designación desde la capital del estado de México-Toluca- a partir del congreso obviamente que generó una serie de lecturas, y el análisis del presumible acuerdo gubernativo.
En el municipio, aún y para nada se ve su mano en la dirección del gobierno, más bien, apreciamos la rotación de un gabinete de improvisados y de gente que no es de Naucalpan.
Ahora, lo complicado el igual conocer del regreso de quienes se fueron a hacer campaña, y que no ha sucedido, retomar el rumbo bajo la sombra del fracaso.
El tema en verdad que sumamente delicado, y peor, si partimos desde el principio del mandato que incorporó a figuras que lejos de unir voluntades, llegaron a operar mediante las rivalidades.
Asimismo, el fecundar una serie de supuestos “equipos de trabajo en donde todos se pegaban, criticaban y desmeritaban cuyo objetivo, adjudicarse el poder interno, reventarse y posicionarse.
En ese orden, obvio que destacan muchos casos que significaron a partir de la tesorería y que fragmentó la hacienda pública, al mantener el control absoluto de ésta y diversas áreas.
Por otra parte, las inconsistencias de la administración municipal que en todo este tiempo, y a cinco meses de culminar el periodo constitucional, fue irregular en el proyecto que tenían.
Naucalpan tampoco ha sido "La Ciudad con Vida”, al registrar poco más de 385 homicidios dolosos del actual gobierno, y una violencia callejera sublime.
La inseguridad es insoportable; los índices delictivos vienen subiendo drásticamente, el robo con violencia en unidades del transporte público de pasajeros es de todos los días, al margen del hurto en casa-habitación, de automóviles y llantas, y “la guerra territorial” de malosos.
Finalmente, los temas ecológicos, el según pago de daños por caer en uno de los miles de baches, el alcoholímetro, las luminarias Lep, y otras ocurrencias, serán un capítulo mediático.
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